Opinión

A vueltas con los estudios sobre las fusiones municipales

Titular de la página 3 de La Región del 3 de noviembre: “Un estudio propone reducir a 33-39 el número de concellos. Es absolutamente imprescindible redimensionar la realidad local; no hacerla es ver como día a día se están despoblando nuestros pueblos…” Presentado en ¡Santiago!, se refiere a Ourense. Y la pregunta no se hace esperar: redimensionando mediante fusión de ayuntamientos, para reducirlos a más de la mitad, ¿se detiene la despoblación y se reduce la dispersión poblacional? Ya a finales del 2009, el Círculo de Empresarios de Galicia planteaba eliminar a la mitad el número de ayuntamientos gallegos mediante fusión, con el objetivo de minimizar costes de mantenimiento y, así, mejorar gestión y eficacia.

Semeja que estamos ante un tema que, dado el trasfondo y disparidad de soluciones, se vuelve recurrente; pues, frente a estas dos opciones, está la del presidente de la Diputación de Ourense, que en 2012 anunciara ser partidario de las “fusiones de facto”, ya que además mantienen la identidad de los ayuntamientos. Y esta afirmación es la que comparto, pues considero que quien pierde su origen, pierde su identidad… y los pequeños ayuntamientos permiten un vínculo de proximidad que hace más fácil la relación del ciudadano con la Administración, con menos rigidez, burocracia, etc. Pero, ¡claro!, a lo que se ve esto no se considera en los estudios y lo que sí se tiene en cuenta es el dinero que cuestan los servicios y su financiamiento, y que uno pone en cierto entredicho.

Mi opinión es que es cierto que la problemática de los pequeños municipios se concreta en las naturales limitaciones que impone su tamaño, agravada por factores como la dispersión, que sí encarece el coste de la prestación de servicios. Aunque las posibles fusiones no van a garantizar mejores servicios a menor coste: 1) Porque las posibles “economías de escala” que genere la incorporación serán capitalizadas casi exclusivamente por el ayuntamiento resultante. 2) Además, las fusiones, de llevarse a cabo, en muchos casos no ofrecen grandes ventajas, ni siquiera en teoría, ya que cuatro municipios entre mil y dos mil habitantes darían como resultado uno de menos de ocho mil, sobre un territorio enorme y con gran dispersión poblacional. La fusión, más que resolver el problema de la dispersión, la enmascara. Y no obviemos la oposición vecinal afectada. Lo que se deduce que la fusión de manera voluntaria: ¡sí! Sepamos que nadie en Ourense pidió fusión municipal y la última es del año 1968.

Aun así, algo tenemos que hacer y existen alternativas: distinguir “gobierno local” y “administración local”. Se puede razonar que lo costoso no es tener muchos gobiernos locales de pequeños ayuntamientos, sino que lo inviable económicamente es tener muchas administraciones locales de pequeños ayuntamientos; siendo la administración local la herramienta de ejecución de las políticas que diseña el gobierno local. Y es aquí donde es posible mantener el derecho de las colectividades dotadas de autonomía política, ofertando a los ayuntamientos mecanismos de apoyo que impliquen gestión delegada de tareas burocráticas y/o técnicos que los gobiernos locales precisen, a través de las diputaciones. Estas ofrezcan a los ayuntamientos servicios de asistencia y cooperación en condiciones de calidad, respetando el derecho de los ayuntamientos en la toma de decisiones. Mantendríamos los actuales gobiernos locales autónomos de los pequeños ayuntamientos potenciando la creación de una administración local común a su servicio, sostenida por la diputación. Es lo que se llama y propone el presidente de la Diputación de Ourense “fusiones de facto”, que ya se están llevando a cabo con gran satisfacción, con la recaudación de impuestos, recogida de basura, ciclo completo hidráulico… que permiten mantener la identidad política de los consistorios y abarata costes.

Te puede interesar