Opinión

Acercamiento de EEUU a Venezuela

La economía mueve el mundo, el mantenimiento del estado del bienestar es prioritario para todos los gobernantes, que se garantizan así su permanencia en el poder. 

Putin ha emprendido una guerra con Ucrania que tiene todas las de ganar por su poderío bélico, que no tiene comparación con la situación de los ejércitos ucranianos. Sin embargo, el presidente ruso empieza a encontrarse acorralado en un flanco que lo debilita y coloca en una situación insostenible a los ciudadanos de su país: el bloqueo internacional. Ni siquiera los oligarcas rusos, la mayoría de ellos cercanos a Putin, y con riquezas inimaginables de las que presumen con ostentación, se salvarán de las sanciones: bloqueo de las cuentas incluidas las reservas del banco central ruso colocadas en el extranjero, imposibilidad de transacciones bancarias internacionales, y corte de exportaciones e importaciones, que impiden el suministro de productos de primera necesidad y dejan en situación de máxima precariedad a grandes y pequeñas empresas rusas.

El petróleo y el gas se han convertido en las principales armas de Putin, que puede dejar a Europa en la decrepitud energética. Biden, para prevenir el desabastecimiento de crudo, ha enviado hace unos días una misión a Venezuela para negociar la compra de petróleo venezolano. Misión secreta de la que ha tenido noticia todo el mundo, entre otras razones porque Maduro se ha encargado de que así fuera, entusiasmado de ver a Estados Unidos pidiendo ayuda. En la oposición, el desconcierto es total, y también el malestar. Guaidó no fue informado por Estados Unidos y, por otra parte, Maduro ha iniciado un acercamiento a la oposición, una vez que ha quedado claro que para Biden, en situación límite, el interlocutor válido de Venezuela no es Guaidó sino Maduro.

Habrá que ver ahora cómo se articula esa compra de petróleo venezolano. La empresa PDVSA, controlada por el Estado, se encuentra bajo mínimos debido a las sanciones estadounidenses y a otras causas estructurales: pésima gestión, técnica obsoleta que le impide sustraer todo el crudo necesario, y mal equipamiento. PDVSA ha sido utilizada por las autoridades chavistas para su propio enriquecimiento, aunque presumían de que con los beneficios de la petrolera se financiaban las necesidades más acuciantes de la población.

Biden ha hecho un movimiento que no ha sido bien entendido por un número destacado de políticos de su país. El utiliza dos argumentos para justificarlo: el primero, que es necesario garantizar el abastecimiento de crudo, sin él la situación sería de gravedad extrema. Segundo, Maduro es uno de los pilares de Putin en Latinoamérica, el otro es Cuba. Venezuela está infestada de rusos en los sectores de la defensa y la seguridad, y su presencia es habitual entre la sociedad venezolana. Para Putin, perder influencia en Venezuela supone un paso atrás en su influencia internacional, más aún ante una agresión a Ucrania que le ha colocado en la cota más baja de su popularidad.

Biden maneja incluso la posibilidad de que el boicot internacional generalizado y la pérdida de influencia en Latinoamérica pueda provocar su caída.

Te puede interesar