Opinión

Cuba se queda sin la vieja guardia

El término “vieja guardia” suele utilizarse para designar a aquel grupo de persona que son los guardianes de las esencias de un partido, la facción más ortodoxa de su ideología, el grupo de presión que con sus apoyos o críticas puede desestabilizar un gobierno o una determinada política, sobre todo si se trata de países con regímenes autoritarios. Y en términos estrictamente militares define a aquellos que formaron parte del ejército o la milicia que participó en rebeliones o golpes de Estado que cambiaron la historia de un país, y en algunos casos del mundo. La vieja guardia, utilizando la expresión del expresidente del Gobierno español, Felipe González, puede convertirse en un jarrón chino, valiosos pero que nadie sabe dónde colocar. Pero su desaparición suele ser recibida con respeto e incertidumbre por los servicios prestados y por las luchas intestinas que pueden surgir para ocupar los huecos dejados. .

En el caso de Cuba, el régimen castrista se está quedando sin vieja guardia. Pero de forma literal, tanto por edad como por su función militar. En las últimas dos semanas se ha producido la muerte de seis generales que ocuparon puestos de relevancia en el ejército cubano por ser parte del grupo guerrillero que combatió junto a los hermanos Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista. Todos ellos, excepto uno, se encontraban ya en situación de retiro y carecían de mando en plaza, aunque algunos de ellos formaban parte del Comité Central del Partido Comunista Cubano y otros mantenían gran ascendencia sobre los militares en activo.

Las causas de estas muertes no ha sido confirmada por medios oficiales lo que da lugar a todo tipo de especulaciones al solaparse dos circunstancias: las revueltas de las semanas pasadas contra el gobierno cubano, en una explosión inédita de protestas en los últimos años, que han sido reprimidas con dureza por el régimen utilizando las fuerzas policiales y parapoliciales que defienden el castrismo y que ha dejado una secuelas de juicios sumarísimos contra los detenidos en las algaradas; y por otra parte, un aumento exponencial de las tasas de contagios por el covid-19.

El clima de desinformación que es una seña de identidad del régimen castrista ha facilitado que se disparasen las especulaciones y que la sucesión de generales fallecidos desde el pasado 18 de julio, una semana después de las protestas ciudadanas se relacionasen con posibles disputas por el poder en el seno del régimen, o con discrepancias en el alto mando militar cubano sobre la forma de afrontar las protestas.

Sin embargo, se da la circunstancia de que cinco de los seis fallecidos, estaban cerca o superaban los ochenta años, y que las personas de mayor edad son las que sufren con mayor probabilidad las consecuencias fatales de los contagios por el coronavirus. De esta forma la gerontocracia militar cubana ha perdido a alguno de sus más destacados miembros. Habrá que esperar un tiempo para determinar las consecuencias de estas pérdidas de miembros de la vieja guardia porque en las dictaduras todos los procesos de cambio se producen con mucha lentitud.

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