El presidente turco ha amenazado a diez países con la retirada de sus embajadores, al hacer un llamamiento para que sea liberado el filántropo y activista Osman Kavala, en prisión desde hace cuatro años sin haber sido condenado.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya pidió su liberación cuando fue llevado a prisión, pero Erdogan nunca atendió al tribunal ni tampoco a las consideraciones que diversos juristas turcos hicieron sobre el hecho de que Kavala se encontrara sin la preceptiva condena. Erdogan, que durante la última semana ha realizado varias declaraciones sobre el caso Kavala, y anunció entere una multitud de seguidores que había dado instrucciones a su ministro de Exteriores para proceder a la expulsión de los diplomáticos, acusa a Kavala de haber formado parte de una intentona golpista para derrocarle, y de formar parte de la organización del magnate George Soros al que el presidente turco y otros dirigentes internacionales acusan de fomentar la inestabilidad de países democráticos.
Kavala reconoce que forma parte de la organización de Soros en Turquía, pero que nunca ha actuado al margen de la ley y lleva años retando a que alguien demuestre con hechos aquello de lo que le acusa Erdogan. El presidente turco sin embargo no se atiene a razones, mantiene que los diez embajadores deben ser expulsados, y en un discurso en el que estaba rodeado de simpatizantes dijo que los embajadores “van a conocer cómo es Turquía”.
Erdogán es jefe de Estado de un país importante en el escenario internacional, muy influyente en el área asiática y centroeuropea Los ojos siempre se dirigen hacia él ante conflictos en los que Rusia y China pueden imponer su criterio. Sin embargo su decisión de proceder a la expulsión de 10 embajadores -Estados Unidos, Canadá, Alemania, Reino Unido, Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca, Nueva Zelanda y Países Bajos- es muy arriesgada: siete de los países pertenecen a la OTAN, seis a la Unión Europea, y a Erdogan no le interesa estar a malas con dos organizaciones tan poderosas… aunque siempre piensa que al menos en la UE siempre prevalece el interés de no incordiar a Turquía mientras sea el principal receptor de refugiados de los países mediterráneos y asiáticos que viven en guerra.
