Opinión

Israel responde despacio

Después de amenazas altisonantes de una represalia contundente al ataque sufrido la madrugada del pasado sábado por Israel tras el lanzamiento de unos trescientos misiles y drones por parte de Irán, en respuesta al asesinato de un general de la Guardia Revolucionaria iraní en su consulado de Damasco, la reacción del Gobierno de Benjamin Netanyahu ha sido más moderada de lo que cabía suponer y en este proceso de acción y reacción ambos gobiernos parecen más dispuestos a ladrarse que a morderse seriamente y llevar a Oriente Medio a un conflicto regional de consecuencias insospechadas.

Las advertencias de Estados Unidos de que no respaldaría una respuesta militar contundente de Israel contra el régimen de los ayatolás han podido influir en la decisión de atacar la ciudad de Isfahán con drones que no han causado graves daños y sobre todo no han afectado a las instalaciones nucleares iraníes donde se enriquece uranio para uso militar. Como es tradicional Israel ha guardado silencio sobre la autoría de esta acción y Teherán, que le ha restado importancia, niega que haya sido objeto de un ataque desde el exterior del país y lo atribuyó a una infiltración desde territorio iraní. Las primeras reacciones de sus portavoces fueron en el sentido de que no habrá una respuesta inmediata al ataque recibido.    

Está por determinar si la reacción moderada de Israel al ataque iraní de la pasada semana lleva implícita la autorización de Estados Unidos para que Netanyahu lance finalmente la ofensiva que tiene preparada sobre la ciudad de Rafah, adonde fueron conminadas a trasladarse decenas de miles de personas desde la ciudad de Gaza y el norte del territorio al comienzo de la invasión israelí de la Franja. Las presiones de su principal socio y los llamamientos del presidente estadounidense, Joe Biden, han ido retrasando una ofensiva que el ejército israelí lleva preparando desde hace semanas y que puede agravar aún más la catástrofe humanitaria que viven los gazatíes, sin que se vislumbre la posibilidad de alcanzar un alto el fuego que favorezca al mismo tiempo la liberación de los rehenes en manos de Hamás desde los ataques terroristas del 7 de octubre.

La réplica israelí a Irán ha tenido lugar apenas unas horas después de que Estados Unidos vetase en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la propuesta argelina de reconocer a Palestina como un Estado miembro de pleno derecho para favorecer así la solución de los dos Estados en el conflicto de Oriente Próximo, por lo que este país mantendrá el estatus de “Estado observador no miembro de la ONU”. En la votación se abstuvieron Gran Bretaña y Suiza. Los esfuerzos de muchos países occidentales por el reconocimiento de Palestina, como una forma de contribuir a una solución pacífica, chocó con la oposición de Israel que considera que no se puede considerar a Palestina como un Estado, y el respaldo a su posición por Estados Unidos para quien la paz solo puede llegar de una negociación entre israelíes y palestinos con la mediación internacional. 

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