Opinión

Punto final para Rafael Correa

El expresidente ecuatoriano sigue soñando con el regreso triunfal a Ecuador, dice que el pueblo está con él, pero la Corte Nacional de Justicia le ha dado la puntilla al ratificar la resolución de la justicia ordinaria, que el pasado mes de abril le condenó a 8 años de prisión por distintas modalidades de corrupción. Soborno, cohecho, financiación ilegal… entre las acusaciones no podían faltar las que le relacionaban con Oderbrecht, la empresa brasileña que ha puesto punto final a importantes mandatarios latinoamericanos, entre ellos el propio expresidente brasileño Lula da Silva. 
También ahora ha llegado la hora final para Correa en la política. Además de la condena inapelable, no ha ayudado a su imagen la huida de su país para instalarse en Bélgica, donde reside desde que perdió la presidencia y se iniciaron las investigaciones contra él y contra destacados miembros de su equipo, entre ellos su vicepresidente.

Rafael Correa, afín a Maduro y Evo Morales, populista que, como otros de su cuerda, cambió la Constitución para ampliar sus mandatos, fue presidente desde el 2007 hasta el 2017, el presidente que ha ocupado más tiempo el cargo. Le sucedió Lenin Moreno, que había sido vicepresidente de Correa durante sus primeros años y, en contra de lo que creía Correa, cumplió su palabra cuando prometió en campaña electoral luchar contra la corrupción. 

Un Correa al que muchos consideran que ha entrado en una dinámica de egolatría enfermiza cuando perdió el poder, tenía la pretensión de presentarse a las elecciones presidenciales del 2021 como vicepresidente de un ticket que presidía el ex ministro de Economía Andrés Aresu, un hombre de poco más de 30 años al que Correa consideraba que podría manejar desde la vicepresidencia si ganaban las elecciones con las siglas UNES, Unión Nacional para la Esperanza. Algo semejante a la operación que protagonizó Cristina Kirchner cuando se presentó candidata a la presidencia argentina con el ex ministro Alberto Fernández, pensando que con su experiencia previa lo podría manejar. Lo que no ha ocurrido porque el presidente Fernández desde el primer momento de su mandato marcó el terreno, con él tomando decisiones que con frecuencia ni siquiera consulta con su vicepresidenta, hoy en declive.
 

Rafael Correa no podrá saber si en caso de que UNES ganara las elecciones él se iba a imponer al presidente Aresu: la Corte Nacional, al ratificar la condena de ocho años de prisión , que lleva aparejada la inhabilitación, ha dejado al ex presidente de Ecuador con su carrera política terminada … y con la espada de Damocles sobre su cabeza si Bélgica tomara decisiones sobre su extradición, lo que le conduciría automáticamente a la cárcel.

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