Opinión

El terrorismo golpea en Francia

Brutal. El atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo ha sido brutal, con el agravante de que no se trataba del primero, ya sufrió un grave ataque hace unos años, cuando unos terroristas quemaron el edificio al grito de “Alá es grande” como respuesta a unas viñetas con la imagen de Mahoma. Que el Charlie Hebdo continuara su línea demuestra la valentía de sus directivos y su redacción. Varios han muerto ahora, entre ellos el director Charb y algunos de sus más destacados dibujantes.

Francia se encuentra en estado de shock y hay razones sobradas para ello. Toda Europa está preparada para asumir que puede ser víctima de un atentado islamista porque sabe que las amenazas alcanzan sobre todo a Europa y a Estados Unidos. Pero cuando llega el golpe, golpe mortal en este caso, es imposible reaccionar con serenidad. Han muerto personas con toda una vida por delante y un periódico ha recibido un torpedo en su línea de flotación, pero el atentado va aún más allá; ha abierto la puerta a la inseguridad generalizada. Nadie se siente bien en una ciudad que se suponía protegida y no lo estaba; y el miedo a que cualquier musulmán pueda convertirse en terrorista va a acrecentar la xenofobia que ya estos días se ha advertido en varias ciudades europeas, sobre todo alemanas. Es fácil hacer llamamientos a la ciudadanía para que no generalicen, para que entiendan que la mayoría de los musulmanes son gente de orden que abomina del terrorismo tanto o más que quienes siguen otra religión. Pero cuando se sabe que en el Estado Islamista se encuentran cuatro o cinco mil europeos, casi todos aparentemente integrados en sus países de adopción e incluso de nacimiento, es inevitable que la desconfianza se adueñe de la gente por muchos mensajes de tranquilidad que transmitan las autoridades.

Sorprende además que ante atentados como el del Charlie Hebdo, o los muy graves cometidos en otros países europeos, no se hayan producido manifestaciones de ciudadanos musulmanes expresando su repulsa. El miedo no siempre justifica el silencio.

Lo más preocupante del atentado contra el Charlie Hebdo no es que sea un ataque a la libertad de expresión, era conocido que los terroristas islamistas no la respetan. Lo preocupante es que a pesar de los muchos controles, investigaciones y medidas policiales, los islamistas están en condiciones de golpear cuando quieren a quienes les plantan cara.

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