Opinión

Trump intentó el golpe

La invasión del Capitolio de Washington el 6 de enero de 2021 fue la culminación de un intento de golpe de Estado que estuvo inspirado por el todavía presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que siguió los acontecimientos desde el Despacho Oval de la Casa Blanca sin desmovilizar a sus partidarios que estuvieron a punto de asestar un golpe mortal a la democracia. Las conclusiones del comité de investigación de los sucesos de aquel día no dejan lugar a ninguna duda acerca de la responsabilidad de Trump y de los intentos de personas de su entorno familiar y político para que dejara de utilizar la “Gran Mentira” de que le habían robado las elecciones y que debía permanecer al frente del país.   

El presidente de la comisión de la Cámara de Representantes, Bennie Thompson, y la representante republicana, Liz Cheney, desgranaron, en horario de máxima audiencia televisiva, en la primera de las seis sesiones que durará su exposición, las razones que les han llevado a unas conclusiones inequívocas acerca de cuáles eran las intenciones de la turba de manifestantes que asaltaron el poder legislativo estadounidense y quién había calentado el ambiente para que llevarán a cabo el asalto al Capitolio.  Porque fue la difusión deliberada del bulo del robo electoral lo que exacerbó los ánimos de los partidarios de Donald Trump a pesar de que él conocía que había perdido las elecciones de 2020 con toda claridad.  

Las declaraciones conocidas de muchos de sus principales colaboradores no dejan lugar a dudas de que Trump intentó torcer la voluntad popular presionando a altos cargos para que mantuvieran la tensión que, en sentido contrario, intentaron convencerle de que asumiera la realidad de que había perdido las elecciones. “Es una gilipollez la idea de que le han robado las elecciones”, dijo el ex fiscal general William Barr. “Su pretensión no solo era equivocada, sino ilegal e inconstitucional, apuntaló su vicepresidente, Mike Pence. De esta forma validaban la teoría de que el asalto al Capitolio no fue solo la reacción de los manifestantes concentrados en Washington para asistir a un mitin en el que Trump arengó para que marcharan sobre el Capitolio, sino una “maquinación” orquestada en el tiempo, y que una vez desatado ese ataque no hizo nada para intentar pararlo. El resultado, un intento de golpe de Estado que  pasará a la historia de la infamia en la política estadounidense. “Llegará un día en el que Trump será historia, pero vuestro deshonor permanecerá”, dijo Liz Cheney.  

Tras la realización de un millar de entrevistas y el estudio de 140.000 documentos, además de acreditar la coordinación entre Trump y los grupos ultras Proud Boys (Chicos orgullosos) y los Oath Keepers (Guardianes del juramento) que actuaron de vanguardia en el asalto al Capitolio, a los nueve integrantes del comité que ha trabajado durante once meses, lo ocurrido fue  “una violación clara y flagrante violación de la ley y de la Constitución destinada a cambiar el resultado de las elecciones presidenciales de 2020”. 

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