Opinión

Vientos de guerra

Lo ha dicho el papa en su mensaje del domingo de Resurrección, cuando alertó sobre los “vientos de guerra” que se ciernen sobre todo sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Apenas veinticuatro horas antes Donald Tusk, con gran experiencia internacional como expresidente del Consejo Europeo, y hoy primer ministro de Polonia, había advertido que no exageraba al decir que vivíamos “tiempo de preguerra”. Ojalá Francisco y Tusk no acierten en sus pronósticos, pero no son los unidos dirigentes internacionales y analistas de muy distinta trayectoria e ideología, que llevan semanas lanzando señales inquietantes. Todos los planetas parecen estar situados en posición que obliga a estudiar las señales que envían al mundo.

Europa y Estados Unidos, la OTAN en general, siguen minuto a minuto todo lo concerniente a la guerra de Ucrania y cómo afecta a la UE fundamentalmente. Hay desesperanza respecto al futuro de Ucrania, decae la idea de que Zelenski está en condiciones de ganar a Rusia, como se pensaba en las semanas iniciales, y por otra parte la actitud de Putin no hace fácil que acceda a negociar un acuerdo territorial que ponga fin a una guerra que se prolonga desde hace dos años. Es más, Putin ha anunciado una nueva leva masiva de soldados esta primavera, lo que indica cuáles son sus intenciones. Por otra parte potencia el armamento tecnológicamente más sofisticado mientras el presidente ucraniano recibe señales de que la ayuda internacional, sobre todo la de Estados Unidos, no está garantizada en los niveles que Zelenski necesita no ya para ganar, sino para resistir. El atentado yihadista sufrido por Rusia recientemente, no solo ha encendido los ánimos de Putin, sino que lo está utilizando para desprestigiar a Ucrania, pasando de largo ante la reivindicación de la facción yihadista de Khorasan. Coincide ese brutal atentado con el anuncio de que finaliza la presencia de tropas de varios países europeos en el Sahel, lo que significa que ese vasto territorio que ocupa medio continente africano quedará bajo la influencia rusa… y de las facciones yihadustas que operan en él.

Esa situación inquietante se agrava con la guerra que mantienen Israel y Hamas en la franja de Gaza, que ha provocado la pérdida de importantes apoyos internacionales a Netanyahu, pero sobre todo ha ampliado el campo bélico, pues se encuentran afectados Países como Irán, Irak, Líbano y Siria directamente, e indirectamente la práctica totalidad de Oriente Próximo y Medio, con papel relevante de Arabia Ssudí y Qatar,

Es necesario ser prudente antes de caer en el alarmismo, pero también es necesario ser realistas: hacía décadas que no se vivía en el mundo una situación tan grave, y sería irresponsable mirar hacia otro lado como si no hubiera motivos de preocupación.

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