Decenas de madres de Xinzo tardaron nueve meses en gestar y parir a sus bebés, pero llevan ya cinco años esperando a que los cuiden en una guardería digna. La desidia, los retrasos, la falta de planificación y la burocracia se han ido sumando hasta encrespar con toda razón a unas vecinas que sienten que, directamente, se les está tomando el pelo. Tras años de espera, un edificio modélico lleva aguardando 15 meses a una apertura que no llega. Ahora es la falta de concreción en el personal, antes fue la carencia de mobiliario, antaño la indefinición sobre el modelo de gestión, antes...que más da! Algunos políticos, eternos maestros en el arte de convertir lo fácil en difícil, no acaban de resolver una situación que, además de kafkiana, ofende a una ciudadanía harta. En los discursos de las campañas electorales, a muchos se les llena la boca a la hora de hablar de políticas sociales y de incorporación de la mujer al mercado laboral, pero luego, pasa lo que pasa. ¿Es justo que unos bebés y sus madres deban pagar la concatenación de ineptitudes que ha jalonado el (todavía) inconcluso parto de un lustro de la guardería municipal de Xinzo? Vivir para ver.
