Opinión

Palabras propias

Me gustan los idiomas y me fascinan las palabras que son prácticamente intraducibles porque encierran mucho más que unas letras, son parte de la historia y las emociones de generaciones y generaciones. Son aquellas que tienen que ver con tradición, con experiencias de los pueblos, con la necesidad de poner en una voz quienes son, fueron y serán. Cuando leo libros de autorías que me son lejanas siempre me pregunto cómo sonarán en su lengua materna algunas de esas palabras. Me apena no poder entenderlas tal y como nacieron, porque estoy segura de que parte de su alma se me escapa. Tener un idioma común en todo el mundo, aspiración que según la Biblia quedó destrozada en la Torre de Babel por culpa de nosotros los humanos, podría facilitarnos algunas cosas. Tal vez, pero nos arrancaría el corazón si con ello desaparecieran nuestras propias maneras de expresarnos, aprendidas de los nuestros. Sucedería como con las ciudades que han perdido su huella con nombres que ya todas tienen y que nos hacen creer que siempre estamos en el mismo lugar.  Me asombra siempre la riqueza de vocabulario de todos los idiomas, tengan las palabras que tengan, y lamento su pérdida como ha sucedido este año con el yagán, tras morir la única mujer que lo hablaba. 

Por eso me resulta incomprensible por qué nos empeñamos en ir asesinando poco a poco las palabras que nos cuentan la vida que vivimos, con sonidos que reconocemos y expresiones que dominamos, suenen como suenen. ¿Quién quiere hacernos creer que nos hace más modernos, más cultos y más adelantados usar palabras que ni siquiera sabemos pronunciar? ¿Por qué hacemos running, brainstorms, challenges, casting, spoiler, somos community manager, usamos tips, nos gustan las celebritys y hablamos de hipsters y hashtags? Si en los últimos tiempos debatimos, criticamos o desechamos los colonialismos de siglos de las potencias europeas sobre otros continentes, ¿por qué nos dejamos arrastrar por el colonialismo lingüístico que nos empuja muy lejos de quienes somos y por qué lo somos? 

Los idiomas evolucionan en el tiempo porque necesitamos nombrar las cosas nuevas que vamos creando y descubriendo. Pero cada uno tiene sus propios instrumentos precisos para hacerlo, no necesita echar mano de anglicismos. 

Aprendamos otros idiomas, cuantos más será mejor para nosotros, porque nos abrirá la mente y nos ayudará a entender. Pero no destruyamos lo propio, porque eso nos dejará demasiado expuestos y huérfanos de raíces que nos sujeten. Elijámonos para contarnos. Huyamos de imposiciones benévolas que nunca lo son. No seamos cómplices de los que nos quieren hacer creer que somos menos por no saber la última palabra de inglés, aunque ellos no entiendan nada más de la lengua de Shakespeare y tampoco les importe.

Yo prefiero las palabras propias irrepetibles.

Te puede interesar