Opinión

Dosis de igualdad

En el Congreso de los Diputados hemos aprobado una iniciativa sobre el consumo abusivo de hipnosedantes. Puede que su nombre no les resulte familiar, pero si hablamos de ansiolíticos, sedantes o relajantes musculares, quizás los identifiquen más fácilmente. 

Millones de españolas y españoles son consumidores habituales de ellos. Sin embargo su prevalencia en función de género no deja de resultar interesante, a la hora de llevar a cabo un análisis exhaustivo para abordar el tema, motivos por los que se ha comenzado a utilizar la perspectiva de género en el Plan Nacional contra Drogas. Según los últimos estudios EDADES, el consumo femenino ronda el 14% frente al 8% de consumo masculino. El estrés que sufren las mujeres al ocuparse del trabajo doméstico después de una intensa jornada laboral, situaciones de agobio y tensión, el entorno laboral así como los altos niveles de ansiedad y estrés postraumático que provoca la Violencia de Género, requieren de una intervención quirúrgica, curando cada herida que, cada día, sufren y las conduce a evadirse para sobrellevar estas situaciones.

La sociedad asigna a las mujeres unos roles y unos valores predeterminados que, en muchas ocasiones, supone reducir el tiempo disponible para proyectos propios y personales, así como para los espacios de relación, lo que puede comportar aislamiento social y el caldo de cultivo perfecto para el consumo de sustancias. Es alarmante el alto porcentaje de casos en que no acuden a centros especializados para tratar el abusivo consumo de estos fármacos, pues no se perciben como personas dependientes.

Los desequilibrios en función del género y la división sexual del trabajo doméstico entre mujeres y hombres, sigue siendo una de las principales barreras para la igualdad de género y que tiene un fuerte impacto sobre la salud y el bienestar femenino. Sin duda, todo parece indicar que se está administrando medicación a procesos que requieren soluciones sociales. Es necesario acabar con la percepción y censura social hacia las mujeres consumidoras. Queremos que el hecho de tener una adicción deje de ser una atenuante para los hombres y una agravante para las mujeres.

De manera que todas las mujeres que se sientan en alguna situación de la expresadas, puedan dar un paso al frente, reconocer su situación sin estigmas y encontrar soluciones adaptadas a cada problema.

Está claro. Un fármaco no soluciona la desigualdad.

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