Opinión

Uno pregunta y...

Uno pregunta a la propietaria de una explotación agrícola que me confiesa que ya no puede acompañar a un vecino, cómo hacía antes, en las labores de siembra y abono. Porque los precios de este combustible han subido un 63% desde 2020 y cada día de trabajo de un tractor cuesta 300 euros de gasoil B.

Uno pregunta a un distribuidor oficial de gas envasado cuánto ha subido el precio de la bombona de butano y me responde que un 33%.

Uno pregunta a un voluntario de una ONG que colabora en el reparto de alimentos y me cuenta que cada vez más personas le piden, más que comida, mantas, velas o estufas de butano, por no poder encender la calefacción ni poner la lavadora por lo mucho que ha subido la electricidad.

Uno pregunta a Google por el porcentaje de impuestos incluidos en el gasoil, electricidad y el butano y descubre que, respectivamente, representan el 35%, 33% y 22% del precio final.

Uno pregunta a un funcionario cuanto se gasta España en programas de cooperación exterior y le responde que 2.254 millones de euros. A su vez, hace una reflexión: “Mientras pudimos, estupendo, pero habrá que plantearse en algún momento que ahora no podemos.”

Uno pregunta a un director de instituto por las razones que explican que España lidere las tasas de abandono escolar y de repetidores y explica que el modelo es la consecuencia de una constante revisión ideológica que nada tiene que ver con el fomento de la motivación y calidad del profesorado, ni con el estímulo del alumnado para que deseen esforzarse y aprender.

Uno pregunta a un autónomo cómo ve el futuro, a lo que me responde “una ruina” ya que no pueden sobrevivir más a las injusticias fiscales que sufre el colectivo.

Uno pregunta a un historiador que tiene una buena amistad con un alto cargo del CSID que me dice que aunque hoy se cerrasen a cal y canto las fronteras a la inmigración, al ritmo de sus actuales tasas de natalidad, la población musulmana en Europa alcanzará los 20 millones y estará estratégicamente localizada. Y que cuando hace una simple reflexión al respecto de si esa cultura y forma de vida es la que queremos para nuestros hijos, le llaman xenófobo.

Uno pregunta a un amigo si pretende arreglar algo con la abstención militante que declara después del desengaño que le ha producido haber votado a izquierda, derecha y centro, y comprobar que nadie afronta de manera concluyente las reformas de base que necesita España en justicia, ley electoral, pensiones y gasto público. Me dice que sí, que la solución es la mayoría abstencionista.

Uno se pregunta por qué todavía hay gente que se extraña de que cada vez más personas se inclinen por opciones políticas más polarizadas. Que disfruten con salud de lo votado.

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