Aquella ocurrencia de Vox de sugerir que precisamente el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se declarara en España Día de las Víctimas del Covid no es que rozara la sinrazón, es que era una idiotez que no había por donde cogerla.
El 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer fue instituido en los setenta por la ONU, en recuerdo y conmemoración de los cientos de mujeres trabajadoras que murieron en un terrible incendio en una fábrica textil en Nueva York a principios del siglo pasado. Porque se quedaron encerradas (o las encerraron) y no pudieron huir del incendio.
Lo de Vox es insuperable. Les salió muy bien la cosa en Cataluña en las últimas elecciones, sí, pero tienen un ojo como el de un topo tuerto. O como el de un coyote.
A mí que me gustan los animales, quizá porque yo soy uno de ellos, me encantan los coyotes, no quería ser malintencionado con el comentario anterior. Hay animales que tienen un nombre y una historia que los hacen parecer malos y no lo son: coyote, buitre, lobo, avispa, serpiente, zorro, etc.
El raro y fabuloso artista conceptual alemán Joseph Beuys hizo en los setenta una especie de, no sé como calificarla, ¿performance? que se llamó "Acción Coyote".
Se fue a Estados Unidos a una galería de arte en Nueva York. Lo bajaron del avión en camilla, lo llevaron a la galería y lo depositaron allí, envuelto en mantas. La galería en realidad era una jaula con un coyote dentro. Durante varios días Beuys convivió con el coyote en la jaula.
Los coyotes son salvajes, agresivos, violentos y peligrosos. Pero a medida que pasaron los días Beuys y el coyote se hicieron amigos, como un hombre y un perro digamos. Después, cuando se acabó la "performance" unos operarios volvieron a envolver a Beuys en las mantas, lo pusieron en la camilla y se lo llevaron al aeropuerto de regreso a Alemania. Y devolvieron el coyote a su libertad.
Ya de vuelta en Europa, Beuys explicó que lo que quiso mostrar con aquello es que él había ido a Estados Unidos a hablar con un auténtico habitante americano, uno de verdad, uno original, como si el coyote fuera un indio sioux, cherokee, o chickawa y no un hijo de los colonizadores ingleses o franceses, pues él, Beuys, no había cruzado ni una palabra con ninguno de ellos y ni siquiera había pisado el suelo de América (entró y salió en camilla), salvo el inevitable suelo de paja de la jaula del coyote.
Por cierto que cuando vean ustedes a cientos de niños de colegios plantando árboles, desperdigados por el monte como cuadrillas de pequeños activistas climáticos, sepan que también eso fue un invento de Joseph Beuys. Sólo que él lo concibió y lo puso en práctica inicialmente como una obra de arte... y probablemente lo sea.
Lo de Vox solo fue una "voxada", o una "coyotada".
