Opinión

Conspiranoias

Por si alguien aun no lo tenía claro, los conspiranoicos no son solo unos tipos de EEUU que han ido poco a la escuela, han digerido mal los libros de Erich von Däniken, o se tragan esos programas sobre alienígenas que hay en la tele de madrugada y que, inteligentemente, se emiten a esas horas para que el cerebro del espectador esté ya previamente noqueado.

Los conspiranoicos, terraplanistas, antivacunas, etc., están en todas partes. También entre nosotros, como seres de otro planeta de aquella famosa serie televisiva de los sesenta, “Los Invasores”, que querían controlar el planeta. Si hacen memoria se acordarán de que aquellos peligrosos extraterrestres adoptaban una forma humana y resultaban indistinguibles de nosotros salvo por un pequeño detalle: eran incapaces de doblar el meñique. Una minucia.

Pues bien, como señalé más arriba, los conspiranoicos están ya entre nosotros, también en España.

Un ejemplo es una diputada de esa organización reivindicativa Vox (Vigilantes de la Ortodoxia Xenófoba), que se llama Alicia Rubio y que como todo el mundo puede ver no es rubia sino morena.

Ali Rubio, que dicho así parece el nombre de un futbolista medio marroquí, ocupa un lugar de honor en mi serie “Personajes deleznables de España” y es nuestra conspiranoica nacional, nuestra conspiranoica de andar por casa, vamos.

Ali Rubio sostiene que existe una conspiración del feminismo y los colectivos LGTBI ¡para reducir la población mundial!, apoyada según ella por la ONU a la que califica de “madre de todos los chiringuitos”.

Pues la verdad, yo estuve una vez en la sede de la ONU y allí ni había playa, ni me ofrecieron unas gambitas ni un pincho de tortilla. No me pareció un chiringuito. Es lo que le pasa a los conspiranoicos, que ven cosas que no existen o donde no las hay.

Otra. Según Ali Rubio las vacunas provocan “imantación”, es decir que tu cuerpo atrae los metales en plan Uri Geller. No sé, yo tengo la pauta completa y de momento no se me ha pegado ninguna cuchara. Tendré que preguntarle a José María Íñigo, claro que como él ya no está aquí, seguro que Dios lo tiene en la gloria, se lo preguntaré en el más allá.

Otra perla: “Las lesbianas odian a los hombres”. ¡Uau! ¿No se da cuenta esta señora de que las lesbianas simplemente aman a mujeres? Eso lo ve hasta un niño pequeño.

La última curiosa: “El feminismo es un cáncer”. ¡Cielos! Resulta sorprendente que alguien con estudios no sepa distinguir un cáncer (una enfermedad), del feminismo (un movimiento social). Por cierto que si no fuera por el feminismo ella tendría hoy las mismas posibilidades de estar donde está, como yo de estar en el despacho oval de la Casa Blanca con una becaria.

A Ali Rubio, que fue jefa de un instituto, la expulsaron sus propios alumnos hartos de sus sandeces. No me extraña. Se ve que un día la chavalada descubrió que la tipa no doblaba el maldito meñique.

Te puede interesar