Opinión

GLORIA, FALTAS EN EL CIELO

Cuando yo era niño Gloria Fuertes salía mucho por televisión. Los mayores se la tomaban como si fuera un cómico. Una señora algo loca que decía tonterías infantiloides cada dos por tres. Una especie de 'chiripitifláutica'. Es curioso que hoy la derecha recalcitrante haya decidido llamar a los jóvenes levantiscos 'perroflautas', un nombre que a los de mi edad no hace sino recordarnos al Capitán Tan y sus amigos chiripitifláuticos y solo nos suscita ternura, no desprecio que es lo que pretenden quienes emplean ese término.


Pero los críos no pensábamos que Gloria estuviera loca. Pensábamos que era una maga. Una maga prodigiosa como el Rubeus Hagrid de Harry Potter. Una capaz de convertir un 'Auto (noten la ironía) de Reyes Magos' en un problema de mecánica automovilística:


'El camello se pinchó / con un cardo en el camino / y el mecánico Melchor / le dio vino.'


Últimamente me he acordado de ella y he vuelto a leerla. Para redescubrir lo que ya sabía, claro. Una voz genial que tal vez por su sencillez todo el mundo se tomaba en broma. No era en broma. Gloria tenía la palabra y la majestad de su propio nombre: Gloria y Fuertes.


Contra lo que pensaba aquella pandilla de ignorantes que la despreciaban estoy seguro de que Gloria está hoy bien amarrada al cielo, en las alturas, junto a aquel niño Jesús suyo que prefería los humildes a los beatos.


En cierta ocasión Camilo José Cela que a veces tenía momentos de lucidez, la llamó con toda justicia 'la angélica voz a la que los hombres y las circunstancias putearon inmisericordemente'. Y tenía razón. Porque Gloria, aquella niña de Lavapiés que era hija directa de Federico García Lorca, a pesar de los pesares decía siempre cosas maravillosas. Cosas como 'Ya está el niño en el portal / que nació en la portería. / San José tiene taller / y es la portera María. / Vengan sabios y doctores / a consultarle sus dudas, / el niño sabelotodo / está esperando en la cuna. / Dice que pecado es / hablar mal de los vecinos / y que pecado no es / besarse por los caminos.'


Yo siempre tuve a Gloria Fuertes por una de las grandes voces de la literatura española. Desconocida, olvidada. Como además era chica borrémosla -dijeron muchos-. ¿A quién le interesa una chica? Y más aun una chica como esta tan rara, tan gorda y fea.


¿Gorda? ¿Fea? Gloria era un ángel y quienes no lo entendieron fue porque veían el mundo con otros ojos, seguramente ojos de demonios incapaces de percibir el mundo angélico. Yo creo que Gloria no falta en el cielo como dice la canción de Umberto Tozzi. Creo que está allí, cantando sus coplas ajena a todo:


'Yo / remera de barcas / ramera de hombres / romera de almas / rimera de versos / Ramona, pa' servirles.'


Vuelvan a leerla. Es Navidad.

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