Opinión

¿Ingenuidad o estupidez?

Hace días vi por la tele una intervención anti OTAN muy beligerante de Ione Belarra, actualmente secretaria general de Podemos, en una especie de mitin, rueda de prensa o no sé qué, que era fantástica. 

Y digo que era fantástica porque parecía sacada de alguna optimista película de ciencia ficción religiosa en la que todos vamos al cielo, o de una bienintencionada canción de aquellos Hare Krishna de los sesenta vestidos con túnicas naranjas que pensaban que el mundo se arreglaría cantando y bailando por las calles con tambores y platillos metálicos, dando a conocer a todos la buena nueva que se supone era la bondad de los hombres en general. 

Aquí es preciso señalar (esto es un inciso) que aquellos sonrientes y rapados Hare Krishna que veíamos en los sesenta bailando y nos hacían tanta gracia a los que entonces éramos adolescentes, estaban todos fumados como piojos hasta la coronilla, si bien esto es intrascendente para el fondo de este artículo.

Vuelvo al tema principal. En realidad este artículo iba a tratar de esa intervención de Ione Belarra en la que con mucha convicción y autoridad esa chica decía que, era un discurso anti OTAN aunque yo al principio no lo entendí bien, “con balas no se come, con bombas no se cura, y con tanques no se apagan incendios”. Me sorprendió porque eso son perogrulladas que saben mucho mejor que ella, yo o nadie hasta los militares de todo el mundo. ¿Quién querría comer balas? Nadie.

No supe si aquello era ingenuidad o estupidez. Lo primero no lo creo porque ella no me parece ingenua y además es una chica estudiada. Lo segundo me suena aun más improbable porque no parece tonta, al contrario me parece bastante lista. Lo tercero... ¡ah, que no hay tercero!

Bien. Como yo soy de natural tan fantasioso lo primero que pensé cuando vi eso por la tele y la escuché a ella fue ¿no habrá un periodista en la sala que levante la mano y le haga una pregunta muy simple? ¿Una pregunta sencillita, de primero de bachillerato casi? Y me imaginé la pregunta (tengan ustedes en cuenta por favor que esto es una ficción y cualquier relación con la realidad es pura coincidencia, por otra parte ningún animal ha sido maltratado ni ha sufrido daños en el rodaje de esta película). Y vamos ya con la pregunta de mi imaginario periodista que sería esta:

–­Señora Belarra, ¿ve a ese tipo que está ahí al lado de usted, armado hasta los dientes, vestido de camuflaje, cargado de cananas, con un casco de visión nocturna y apuntándole con un kalashnikov? ¿Qué opina de eso?

Pero ella no contestó. Creo que no entendió la pregunta y ni siquiera vio al tipo del kalashnikov.

Está bien, vale. Confieso que esto que les estoy contando a ustedes pacientes lectores, en realidad fue una pesadilla que tuve. Me había quedado dormido. 

Y claro... cuando desperté el dinosaurio seguía allí.

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