El hombre más honesto que ha creado Dios en la historia de la humanidad soy yo.”
La frase dicha así, sin circunloquios y con toda modestia, la pronunció el fin de semana pasado Donald Trump durante un multitudinario mitin en Carolina del Norte, en el que como es habitual en sus intervenciones públicas sus acólitos lo jalearon con vítores y aplausos que es lo que le gusta a él.
Mucha gente por aquí, en la lejana Europa, no se ha enterado porque Trump ya no está de moda y no ocupa portadas en los medios. Yo creo que ya no está de moda ni en su apartamento de Manhattan donde hasta el portero le pregunta quién es, le pide que se identifique y diga a qué piso va cada vez que entra en el edificio por el portal.
Esto por otra parte demuestra lo acabado que estoy yo como articulista, que tengo que recurrir a un personaje como Trump para escribir algo. Ya no tengo imaginación, se me ha acabado, pero ¿qué le vamos a hacer?, la vida sigue.
En el mismo mitin y en su línea habitual Trump afirmó que si él fuera actualmente presidente de los Estados Unidos la invasión de Ucrania por Putin no se hubiera producido (no explicó por qué). Con las mismas insultó varias veces a Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, llamándola con su peculiar sentido del humor “Muñeca Nancy Pelosi”.
Imaginación habré perdido yo, pero de momento memoria no. Recuerdo perfectamente haber leído de niño una biografía de Walt Disney en la que en un momento se contaba cuánto le había costado a Walt Disney encontrar la voz adecuada para su Pato Donald. La que quería o soñaba. Entonces un colaborador le habló de un cómico americano de aquella época, no muy famoso, que tenía un número en el que hablaba con una patata. Una especie de José Luis Moreno con Rockefeller, solo que en aquel caso Rockefeller era un tubérculo. Pues bien, Walt Disney fue a ver una actuación de aquel artista y decidió que aquella voz de la patata tenía que ser la voz de su Pato Donald y lo contrató.
Si han visto ustedes películas en versión original del Pato Donald, sabrán que el doblaje que conocemos en español es perfecto y reproduce con una increíble precisión el estilo y espíritu del original. No sé quién fue el doblador español pero se merece un monumento. La colección de cuacs, guags, eegs, tartamudeos, idioteces y frases e ideas entrecortadas y sin sentido del maravilloso Pato Donald es exactamente igual que la del imbécil de Donald Trump, solo que el Pato Donald es un dibu y Donald Trump es de verdad. Supongo que es una patata de verdad.
“El hombre más honesto que ha creado Dios en la historia de la humanidad soy yo.” Firmado, Donald el pato.
Sí... la verdad es que yo también firmaría eso, lo confieso.
