Opinión

Mi villano favorito

Actualmente resulta difícil elegir uno. Creo que es un tema generacional. 

Cuando los de mi edad éramos críos la cosa parecía fácil: Fantomas, el Joker, Fu Manchú, la madrastra de Blancanieves, Lex Luthor, el Capitán Garfio, la Reina Roja, John Silver...

Después, en nuestra adolescencia la cosa empezó a complicarse: Magneto, Drácula, Mr. Hyde, Moriarty, Sauron, Darth Vader, Lady Macbeth, Freddy Krueger, Hannibal Lecter...

A estos, a continuación a traves, de las lecturas y el cine en nuestra juventud, fueron sumándose otros villanos peculiares como podrían ser Norman Bates, Alien, HAL 9000, Terminator y algunos más, singulares y a veces sorprendentes.  

Más adelante empezaron a aparecer otros distintos, estos apadrinados por las nuevas generaciones y que a los de la mía tal vez ya no nos importaban tanto como Voldemort, Pennywise, Lotso de Toy Story 3 o el juez Doom de Roger Rabbit.

Eso es en la ficción claro, porque en la realidad la lista es aún más larga y complicada. Mucho más: Nicolás Maduro, Donald Trump, Bolsonaro, Viktor Orbán, Vladimir Putin, Netanyahu, Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega, Xi Jinping, Ali Khamenei, Kim Jong-un... Y eso por citar solo los más conocidos, porque la colección de villanos presidentes, dictadores, generales o importantes políticos con nombres impronunciables de países africanos, asiáticos o incluso de nuestro entorno próximo es interminable.     

Para mí sin embargo el villano más impresionante de todos los tiempos, mi villano favorito, es Harry Powell, el inquietante y amenazador protagonista de “La noche del cazador” la película del gran Charles Laughton, la única que dirigió en su vida y que muchos entre los que me incluyo consideramos una de las mejores películas de la historia del cine. 

Un personaje, ese predicador mentiroso, seductor y falso, magistralmente interpretado por Robert Mitchum que no sabemos cómo, seguramente por su talento sumado al talento inigualable del británico Charles Laughton que lo dirigió, lo eleva a la estratosfera. Eso sí que es un villano. Y la película un extraño cuento de hadas desquiciado, perverso y de una insólita imaginería visual (cada plano es una foto maravillosa), en donde la maldad sin escrúpulos y sin conciencia, la esencia del villano en fin, alcanza proporciones casi divinas.

Al lado de ese Harry Powell los, villanos que enumeré en los párrafos anteriores, especialmente los vivos y a los que tratamos hoy o vemos en las noticias constantemente, no son sino un remedo torpe de la auténtica maldad, a pesar de que ellos hagan mucho daño todos los días. 

Pero es que la literatura, la poesía y el cine están aquí para contarnos y explicarnos el mundo a fondo.

Si no conocen la película véanla ya. Descubrirán una obra fabulosa e insólita que es una de las grandes joyas del cine de una belleza plástica increíble, y también el retrato perfecto de un villano de verdad como nunca se lo habían contado antes, ni siquiera en aquellos cuentos infantiles que nos daban tanto miedo.

“Leaning, leaning, on the everlasting arms”.

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