Opinión

Milenarismos

Una anécdota de los primeros años de la Conquista que poca gente conoce es la del enfrentamiento entre Franciscanos y Dominicos a propósito del bautismo de los indios. Un enfrentamiento feroz que llevó a los Dominicos a trasladar sus quejas a Roma y denunciar a los Franciscanos ante el Papa.

La enemistad entre ambas órdenes ya venía de lejos por otras cuestiones, pero para los Dominicos lo del bautismo en las Indias fue la gota que colmó el vaso, o no sé si sería más adecuado decir que colmó la pila.

El asunto fue que en esos primeros años de colonización los Franciscanos en las Indias llevaban a cabo bautismos masivos. Es decir que pongamos por caso reunían a todo un pueblo, cien o doscientas personas entre indios, indias e indiecitos, el fraile correspondiente pronunciaba unas palabras, preferiblemente en latín para asegurarse de que nadie entendería nada, y acto seguido sacudía el hisopo en el aire con agua bendita, solo que en lugar de decir el clásico “yo te bautizo, etc.”, decía “¡hala, listo, quedáis todos bautizados!, andando por ahí que tengo más cosas que hacer hoy.”

La razón de este comportamiento tan absurdo de los Franciscanos es que los Franciscanos entonces eran milenaristas y creían firmemente que el mundo se iba a acabar en el año mil quinientos, así que había que meter cuanto antes en el cielo el mayor número posible de almas. Esto resulta difícil de entender desde una perspectiva actual, pero hay que ponerse en situación: ellos lo creían de verdad.

A los Dominicos les repugnaba esta práctica, pues sostenían que dichos bautismos no tenían validez al no haber recibido los bautizados una mínima instrucción doctrinal, y no tener conocimientos adquiridos previamente sobre la religión cristiana. Otra postura que también se cae por su propio peso, ya que tanto Dominicos como Franciscanos o cualquier cura no tienen ningún reparo en bautizar a bebés recién nacidos que, obviamente, aun no han tenido tiempo de leerse el catecismo.

El caso es que los Dominicos como apunté más arriba llevaron el asunto ante el Papa que al fin les dio la razón y los bautismos masivos se prohibieron.

Sin embargo y si he de ser sincero a mí, a pesar de la tontería milenarista en este tema en concreto siempre me han caído mejor los Franciscanos. No sé porqué.

Por otra parte el milenarismo y las profecías catastróficas siempre tuvieron muchos adeptos en la historia. Ahí está por ejemplo y sin ir más lejos Nostradamus, un tipo al que muchos mencionan aunque pocos han leído.

Pues bien, yo me he hecho milenarista pero en serio. Estoy convencido de que el mundo se acaba este año y todos vamos a desaparecer. ¿Qué cómo lo sé? Por una señal inequívoca e indudable, y es que este 2022 se acaba para siempre “Cuéntame cómo pasó”. Y entonces díganme ustedes: ¿cómo vamos a sobrevivir sin Antonio, Merche, Toni, Carlitos, Herminia, Inés, Paquita, Luis, Karina y Josete?

No podremos.

Te puede interesar