Opinión

Nena, tú vales mucho

La larga entrevista, casi dos horas, que Jordi Évole le hizo a Macarena Olona y se emitió en La Sexta en el programa “Lo de Évole” a mí me dejó atónito por varias razones. 

Una, la primera, la señora Olona no respondió a nada de lo que le preguntaron. A nada. 

Dos, por momentos me pareció estar viendo algún fragmento de una peli de Almodóvar que no conocía. No sé si era el maquillaje, la luz, el peinado o las tomas, sobre todo las de perfil de la señora Olona, porque parecía más bien ser Carmen Maura interpretando maravillosamente un papel que no es el suyo. Si no me creen rebobinen y vuelvan a ver el programa. Mis amigos suelen decirme que tengo una capacidad especial para detectar parecidos físicos. Tal vez se deba a mis años de fotógrafo y retratista, no sé. Pero Macarena Olona en ese programa es, fíjense bien, Carmen Maura, con todo mi respeto a la actriz y mis disculpas.

Tres, Jordi Évole estuvo a punto, algo raro en él, de subirse por las paredes ante la absoluta inoperancia de la entrevistada, incapaz de aportar nada en sus respuestas a ninguna pregunta.

Todo porque Évole no se dio cuenta de que no estaba entrevistando a la ex líder de Vox, sino a Carmen Maura, aquella chica a la que Fernando García Tola le dedicaba siempre la frase que da título a esta columna: “Nena, tú vales mucho”.

Pero la triste realidad es que al contrario que Carmen Maura, Olona no vale nada. Su victimismo resulta tan falso como una moneda de tres euros con cincuenta; su reivindicación de sí misma tan poco creíble como una película de Fantomas; y su discurso, tan aparentemente meditado, tan poco meditado como uno de Bugs Bunny en aquellos programas de dibus de los sesenta... aparte de la bonita sonrisa y las orejas desplegadas a Macarena solo le faltaba la zanahoria en una mano.

Comprendo que Évole haya tenido que dedicarle dos horas de programa, porque en la primera hora fue imposible sacarle nada interesante a esa señora, y en la segunda tampoco. Me extrañó además que Évole no se hubiera dormido repentinamente en algún momento como tiene por costumbre.

Doña Macarena es una ex Vox totalmente Vox. De hecho es más Vox que Abascal, Ortega Smith e Ignacio Garriga juntos. 

No cree que los homosexuales sean enfermos pero está a favor de las terapias de conversión; no cree que los musulmanes sean delincuentes pero hay que pararles los pies en nuestras sociedades; no cree que los inmigrantes sean ladrones pero no se puede dejar que entren en España; no cree que Vox sea nazi pero dice que la han tratado en ese partido como si ella fuera el (¿la?) protagonista de American History X.

Eso sí, dice todas esas cosas con una sonrisa preciosa como la de Carmen Maura. Lo malo es que ella, ¡vaya por dios!, no es Carmen Maura.

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