Opinión

No a la guerra

La frase, bienintencionada y que yo mismo firmo como casi todo el mundo, llega tarde. Ya estamos en guerra.

No soy politólogo ni analista así que solo puedo utilizar el sentido común. Putin, ya lo sabíamos, es un matón de patio de colegio y nada más. Un matón musculado e idiota con el cerebro de un mosquito. Sus argumentos para justificar la invasión no tienen sentido. Como señaló en un programa de radio Kike Cruz (medio primo mío, el mejor comentarista político de Puerto Rico y uno de los buenos de Estados Unidos), si lo que quería Putin como dice él era alejar a la OTAN de Rusia, invadiendo Ucrania hace todo lo contrario: porque lo que hace es acercar Rusia a las bases militares de la OTAN, las de Polonia y otros países adyacentes.

Pero los mosquitos son peligrosos. Como explicó alguien una vez, un mosquito aparentemente no puede hacer mucho daño, pero puede meterse en el oído de un elefante y zumbar allí hasta volverlo loco. Y entonces el elefante, desquiciado, lo destruye todo.

No sé si lo habrán leído ustedes, pero el otro día un destructor ruso se aproximó a una isla en el Mar Negro que se llama Isla Serpientes. Es un islote deshabitado salvo por un pequeño destacamento de trece militares ucranianos, sin mucho armamento ni nada. Vamos, como nuestras islas Chafarinas. La conversación por radio entre el barco ruso y los ucranianos no tiene desperdicio. Los rusos los conminan a rendirse varias veces y los ucranianos dicen que no se rinden. La última frase del audio radiofónico, de un soldado ucraniano desde la isla, dice: “Vete a la mierda, puto barco ruso”. Los bombardearon y los mataron a todos, a los trece. Así se las gasta Putin.

No es fácil reflexionar sobre lo que está ocurriendo, sobre todo porque lo que está ocurriendo nos resultaba impensable hasta hace poco. Ni podíamos imaginarlo. Y también porque toda la información que recibimos es escasa y sesgada. Pero lo que está claro es que debemos estar con los ciudadanos/as ucranianos, con sus familias, con sus niños, con su vida en paz, aunque nuestra empatía solo sea al menos de corazón. Yo creo que la OTAN, que algunos vilipendian por aquí, no puede enfrentarse militarmente a Rusia, eso sería peor. Pero también creo que no podemos quedarnos de brazos cruzados.

En los últimos días algunos amigos míos a través de redes sociales se han burlado de las sanciones a Rusia del tipo expulsarlos de Eurovisión, o que se cancelen eventos como la Champions y otros. Pero yo les he dicho que no. Que esas sanciones tienen mucho sentido, porque la mayoría de la población rusa, con una información totalmente manipulada por el Estado, no tiene ni idea de que Rusia acaba de invadir Ucrania, ni siquiera lo saben. Y tal vez así empiecen a pensar ¿qué pasa aquí?, ¿porqué todo el mundo nos rechaza?, ¿porqué nadie quiere saber nada de nosotros?

Veremos.

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