Opinión

Ortodoxos heterodoxos

El patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa es un tipo generalmente tan vestido de oropeles que parece un payaso, aunque siempre está muy serio. Se llama Kirill, o sea Cirilo, un nombre de pueblo como el nombre del típico tabernero de bar de aldea. Uno de esos taberneros estupendos que cuando llegas a su local y le dices ¡Cirilo, please, ponme un chato y un bocata de salchichón!, él contesta ¡Marchando, jefe!

El tal Cirilo haciendo uso de su autoridad moral sobre el pueblo ruso, autoridad que le ha conferido dios en persona, ha cerrado filas con Putin, porque a Putin le gusta ir bajo palio y a Cirilo le encanta llevar el palio, lo que confirma que es un tipo de pueblo como dije, con el nombre y las aspiraciones habituales de un tipo de pueblo. Vamos, un hombre sencillo sin muchas complicaciones.

Las distintas iglesias del mundo (y esto las incluye a casi todas) han tenido históricamente y siguen teniendo hoy un extraordinario talento y habilidad para ponerse siempre del lado de los poderosos, aunque desde los púlpitos se les llene la boca hablando de los pobres y desfavorecidos. Pero eso de los pobres queda para el más allá. Acá lo que cuenta es la pasta. Ignoro si Cirilo se apellida Abramovitch, pero no me extrañaría nada.

En España tuvimos una larga historia de años bajo palio así que nos sabemos el truco. Por suerte Franco era bajito como un tapón y para los obispos era fácil llevarlo bajo palio, ya que los obispos españoles tampoco es que hayan sido nunca Michael Jordan. Con un palio enano les valía.

Hace tiempo leí un libro clásico de nuestra cultura que se titula “Historia de los heterodoxos españoles” de Marcelino Menéndez Pelayo, y que recomiendo a cualquier español que esté interesado en conocerse a sí mismo. En el libro Menéndez Pelayo habla de españoles “raritos” por decirlo en plan moderno. O sea erasmistas, ilustrados, protestantes, alumbrados, afrancesados, judíos, luteranos, librepensadores... En fin, heterodoxos contra la ortodoxia.

La lista de heterodoxos de Menéndez Pelayo incluye desde cardenales, papas, pensadores herejizantes, nobles, reyes y principales como Juana la Loca o el Príncipe don Carlos, políticos, filósofos, militares como Fernando González de Córdoba el Gran Capitán, científicos, artistas, pintores, poetas como San Juan de la Cruz o Teresa de Jesús, revolucionarios levantiscos como El Empecinado, escritores como Gil Vicente, Francisco de Quevedo (este se movía entre dos aguas) o Juan del Enzina, hasta brujas como las de Zugarramurdi. 

Es decir que en España siempre ha habido más heterodoxos que ortodoxos, lo cual resulta sorprendente y en sí mismo es casi una pura contradicción estadística. Pero bueno, don Marcelino dixit. 

El patriarca ruso Cirilo, ese coleguilla de Putin que se viste como si fuera a ir al carnaval Drag Queen de Las Palmas dice que él es ortodoxo, pero yo creo que es heterodoxo y como buen heterodoxo... le pone una vela a dios y otra al diablo.

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