Opinión

Surrealismo, ¡qué bonito era!

A propósito de un artículo mío anterior, "La chica youtuber", que hablaba de las bofetadas a tiempo, recordé un cuadro poco conocido que siempre me ha encantado. Es un cuadro de Max Ernst, el pintor surrealista. Se titula "La Virgen María azotando al niño Jesús". 

Ese cuadro seguramente le gusta a una amiga mía, Lupe Ponce de León Santodomingo, ya que ella, y le pido disculpas por poner aquí su nombre y apellidos sin haberle pedido permiso, es nieta, bisnieta o algo así no lo sé muy bien, de Alfonso Ponce de León, uno de los mejores pintores surrealistas que hemos tenido en España. Un pintor fabuloso enterrado y olvidado por la historia, por cierta historia oficial, porque era falangista. Lo fusilaron unos asesinos autodenominados republicanos. Pero fue el mejor. Vean sus cuadros y lo comprobarán.

El cuadro de Max Ernst del que les hablo "La Virgen María azotando al niño Jesús", es una maravilla no solo por lo bonito del dibujo, pintura, composición, colores, etc., sino por la hermosa idea que muestra y encierra. La Virgen tiene al niño desnudo sobre sus rodillas, boca abajo. Y está sacudiéndole con ganas unas enérgicas y violentas palmadas en el culo. La belleza de la imagen es que el niño, el niño Jesús, ahí es un niño de verdad. Y como tal habría hecho alguna travesura que merecía el castigo.

De hecho, si se fijan ustedes bien en el cuadro, verán que a) la corona del niño está en el suelo, ha dejado de ser divino; y b) la Virgen le azota el culo desnudo con la palma abierta, pero todo parece sugerir que a la Virgen le falta en la mano... una zapatilla.

Alfonso Ponce de León, el abuelo o bisabuelo de mi amiga Lupe que nunca sé exactamente el parentesco que tienen, también se pintó recibiendo un castigo. En otro cuadro fabuloso que se titula "Accidente", en el que se autorretrató muerto tras un imaginario accidente de coche. Lo pintó poco antes de que lo mataran de verdad aquellos desquiciados y arrojaran su cadáver a una cuneta. Tenía solo veintitantos años, o sea que era un chaval.

Si ven la obra de Alfonso Ponce de León aunque solo sea por curiosear (pueden hacerlo en internet), verán que es una extraña mezcla de Rousseau el Aduanero y Tamara de Lempicka, y de una belleza extraordinaria. ¿Que era falangista? ¿Y qué? Yo soy un rojo y mi vecino del quinto es un facha. A mi lo que me asombra es que no tenga ese pintor y no tengamos nosotros un museo suyo, porque es nuestro y fue fabuloso.

Vean el cuadro de Max Ernst que les dije "La Virgen María azotando al niño Jesús", y también los de Alfonso Ponce de León. Y después díganme qué les parecen. Seguro que pensarán lo mismo que yo, me apuesto un brazo. Bueno no, olviden lo del brazo.

El surrealismo fue así, ¡qué bonito era, caray!

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