Opinión

Tanxugueiras

Artículo inevitable.

Como saben ustedes la canción “Terra” de Tanxugueiras tiene un estribillo que dice “Ay, la, la la, ay, la, la, la”.

El festival de Eurovisión se ha convertido en una horterada televisiva infumable. Pero a mí me sigue gustando. Tal vez porque me recuerdo a mi mismo con solo ocho años en el comedor de la casa de mi abuelo en Tabagón rodeado de mis primos, primas y tíos, viendo por primera vez en una emocionante y torpe televisión en blanco y negro, creo que era una Vanguard, a Massiel cantando el “la, la, la”. Por cierto que años después, en los ochenta, conocí a Massiel en persona pero eso... es otra historia.

Bueno, no quiero irme del tema. El tema era Tanxugueiras. El otro día, tal vez por aburrimiento vi una semifinal del Benidorm Fest en la que se seleccionaba a finalistas para la última fase. Tanxugueiras ya no estaba ahí pues ya estaba encuadrada en la selección final desde la fase anterior.

Como digo, el festival de Eurovisión me parece una horterada pero vi ese programa y me dediqué a tomar notas. Ya que soy un ignorante musical a nadie le molestarán mis comentarios creo yo. Son estos, intérprete por intérprete los de aquel día. Espero que no se molesten ellos o ellas individualmente.

El primero fue un chico que se llama Xeinn, muy guapo y simpático, pero que podría ser un clon de Bisbal o Bustamante. Nada nuevo bajo el sol.

A continuación una chica, Marta Sango, cuyo mayor mérito me pareció que era estar vestida con un modelo sacado de un mal anuncio de colonia de Thierry Mugler.

Otra chica, Javiera Mena, parecía que acababa de aterrizar allí directamente desde el carnaval de Cádiz.

Después un tal Gonzalo Hermida, tan edulcorado como Julio Iglesias pero aun con menos voz que él.

Rigoberta Bandini, una especie de Lady Gaga pero en cutre, malo y barato.

Rayden, un tipo con una canción preciosa “A llorar a la calle de la llorería” cuya letra parecía escrita por el mismísimo Joaquín Sabina en clave de rap. El único bueno de toda la noche, la verdad.

Y por último una tal Sara Deop, muy buena actuando pero que cantando resultaba más tópica que un ibuprofeno.

No quiero parecer chauvinista pero la canción y puesta en escena de “Terra” le daba mil vueltas a todas las demás. En el contexto de la caduca y requetemaquillada Eurovisión, era un soplo de aire fresco como aquella Massiel de mis ocho años a la que aplaudí en casa de mi abuelo sin saber lo que hacía, solo era un niño entonces. Pero lo que sí sabía y pude percibir claramente a pesar de mi corta edad fue que aquello era algo nuevo y distinto. Algo que nos cambiaba a todos.

Al día siguiente vi la final del Benidorm Fest y Tanxugueiras no pudo ser. Quedaron de terceras. No importa chicas, habéis ganado igual. Enhorabuena. No hay fronteras.

Te puede interesar