Opinión

Vamos hacia una peli de dibus

Tengo un querido amigo que cada viernes dado que se acaba la semana laboral y llega el fin de semana, publica por la mañana en su Facebook un divertidísimo vídeo deepfake en el que dice o más bien grita de alegría “¡por fin es viernes!” y aparece él generalmente bailando, cantando o algo así. 

La gracia de ese deepfake es que el vídeo es él con su cara y gestos faciales pero el cuerpo, el movimiento, la voz, la ambientación son los de una escena famosa de pongamos por caso John Travolta, Russell Crowe, la princesa Leia, Abba, Jimmy Hendrix, Pamela Anderson o la mismísima Cher. Lo que se le ocurra ese día, cada viernes hace uno distinto. Una broma graciosa para celebrar la llegada del fin de semana. 

Ver a mi amigo convertido en John Travolta bailando como John Travolta, vestido como John Travolta y con el tipito de John Travolta de los setenta en “Fiebre del Sábado Noche” es una experiencia genial. Me recuerda aquel famoso axioma: “Si se mueve como un pato, grazna como un pato y nada como un pato, es que es un pato”. O sea que mi amigo debe ser John Travolta. O quizá sea Tony Manero, ya no sé. La noche me confunde.

Los deepfake son cada día más comunes. Aquellos de mis lectores que no estén muy puestos en el tema tienen muchos a mano en la tele. Uno es un anuncio en el que aparece Lola Flores diciendo: “¿Saben porqué se me conoció a mi en todo el mundo? Por el acento.” Claro está que esa no es Lola Flores. Ni existe esa imagen ni ella dijo nunca eso. Eso se consigue mediante complejos programas informáticos que manejan algoritmos, inteligencia artificial (Spielberg tiene una película muy buena sobre eso), imágenes, animación, sonido y otras maravillas tecnológicas de las que como yo no entiendo nada es imposible que las explique aquí. 

Otro anuncio, no sé de qué, es uno en el que sale Salvador Dalí diciendo: “En vez de investigar tanto la inteligencia artificial ¿porqué no investigamos más la inteligencia natural?”.

Este es especialmente interesante ya que todo en él, imagen, voz, gestualidad, escenario, ambientación, es un deepfake, aunque el falso pintor reivindique en su falso testimonio una falsa inteligencia natural. Si bien suponemos siendo optimistas que la inteligencia artificial es un producto de la inteligencia natural, así que no deberíamos preocuparnos imaginando una terrible rebelión de las máquinas como las de Terminator, Yo Robot u otras películas y novelas de ciencia ficción.

Otro deepfake de nota es el del Wyoming y Dani Mateo en “El Intermedio” transformados en unos ridículos Felipe González y José María Aznar respectivamente.

Al final acabaremos viviendo todos en una peli de dibus, convertidos en Roger Rabbit y persiguiendo desesperadamente a nuestra amada Jessica para recuperar su amor.

Y es que yo, soy así, siempre tengo que ver... el lado romántico de las cosas.

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