Opinión

el estrés del test

A lo largo de la jornada se dará a conocer el tan esperado (y temido) stress test de la banca europea, que mantiene en guardia a la práctica totalidad de inversores y en vilo a buena parte de un sector necesariamente llamado a liderar la recuperación. El Comité de Supervisores Bancarios Europeos (CEBS) hará publica la lista de aprobados y suspensos con algo más de un año de demora respecto al ejercicio de transparencia de similar naturaleza que tuvo lugar en Estados Unidos. Y que consiguió, entonces, revitalizar los mercados. Conoceremos la capacidad de resistencia ante un recrudecimiento de la crisis, que la complique y prolongue durante un tiempo, de un número acotado de entidades que -por tamaño y actividad- explican alrededor de dos tercios del sistema bancario europeo, y la práctica totalidad del sistema bancario español. Los aprobados verán fortalecida su credibilidad y previsiblemente recompensada su cotización. Y los suspensos se verán obligados a reforzar su solvencia. Lo que pasa por minimizar el reparto (económico o social) de beneficios, ampliar capital o, llegado el caso, hacer uso de los fondos habilitados en instrumentos como el FROB. Tendrán por delante un fin de semana para meditar, un plazo para presentar un plan de saneamiento, y otro para ponerlo en práctica. A partir de ahí, poco más podemos esperar. Y me explico.


Hacer público algo que podría generar riesgo sistémico sólo resulta comprensible en ausencia de problemas graves. Por lo que -en línea con las filtraciones, y salvo sorpresas- parece razonable pensar que no los haya. Así que no asistiremos a la puntilla del sector, como aguardan los más agoreros. Tampoco a un ejercicio de máxima sinceridad contable y financiera que despeje todos los elementos de incertidumbre -sólo algunos- o abra las puertas del purgatorio bancario. Las pruebas de resistencia se han realizado para un período de tiempo limitado. Atendiendo, además, a la evolución desfavorable de un compendio de variables macroeconómicas que no agotan el espectro de posibilidades. Por lo que podremos descartar quiebras inminentes, pero no complicaciones adicionales. Por último, tampoco cabe enfrentar un revulsivo con ánimo de permanencia. El de hoy no es más que un viernes del mes de julio. Y julio, como bien sabemos, no es tiempo para el estrés.

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