Opinión

Perdidos

Sucedió a finales del pasado mes de mayo. Después de seis temporadas, y otros tantos años, terminó 'Perdidos'; una de las series con mayor seguimiento internacional de la historia de la televisión. Lejos de colmar las expectativas de sus seguidores y fans más acérrimos, o de pasar simplemente inadvertida para los que no lo son, la despedida despertó una profunda polémica todavía no resuelta entre los que se sintieron decepcionados por el desenlace final. Multitud según la crónica del momento. Fueron tantas y tan intensas las críticas recibidas que, para apaciguar ánimos, los responsables de la serie se comprometieron entonces a producir un epílogo del que se acaba de conocer un pequeño adelanto. Al parecer, el complemento, de apenas unos minutos, ha vuelto a decepcionar.


A todos esos desencantados les propongo dedicar parte de su tiempo a seguir las decisiones del Gobierno en materia de política económica. Si hace apenas tres semanas se informaban las particularidades de los recortes en obra pública impuestos por el nuevo escenario presupuestario, esta semana se ha hecho público todo lo contrario: su sorpresiva reactivación. Dejando de momento al margen la utilidad económica y social de la política de infraestructuras, que merece un debate mucho más amplio, el 'donde digo austeridad, digo gasto' ha despertado el temor a que España incumpla sus objetivos y compromisos en materia de déficit público. Y, de paso, se ha cobrado tres víctimas inmediatas. La primera ha sido la bolsa, que acumula una pérdida del 4,4 por ciento en sólo tres días. La segunda, la prima de riesgo de España, que en ese mismo plazo ha escalado 27 puntos básicos, o un 18 por ciento. Para situarse en niveles previos a la publicación de las pruebas de resistencia de la banca europea, e invalidar, en cuestión de horas, el resultado de aquella iniciativa que permitió entonces restablecer parte de la credibilidad en el sistema financiero español y en nuestra economía nacional. Y la tercera, la confianza en parte del equipo que gestiona la crisis, alguno de cuyos miembros no demuestra sino estar tan perdido como los protagonistas de la extinta serie.

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