Opinión

La cosecha agrícola, un desastre

La casi totalidad de las producciones agrícolas se han visto gravemente afectadas en los últimos meses por las condiciones climatológicas, desde la sequía a los fuertes calores y los pedriscos. Frente a las previsiones de las cosechas iniciales, el único dato cierto es que se ha registrado un fuerte ajuste en los rendimientos. Por el contrario, aunque en buena lógica debería haber un repunte de las cotizaciones por la menor oferta, esté por ver su comportamiento consecuencia de esa rebaja en las producciones. En principio, se ha producido un ligero incremento en los precios de los cereales, tanto en trigos como en cebadas. Esta subida, señalan los analistas de Infomarket, no ha sido consecuencia de la baja cosecha española, cosa que ya se habían descontado los mercados, sino por el efecto que también han tenido los fuertes calores en otros países comunitarios, así como por la constatación de que las existencias en Estados Unidos son inferiores a las que se esperaban. En el caso de la Unión Europea desde la propia Comisión ya se adelantaba una reducción de los rendimientos por hectárea. En aceite también subieron los precios y se espera una situación favorable en el vino.

En conjunto, las primeras estimaciones apuntan la posibilidad de que todos los efectos de los factores climatológicos negativos se podían traducir en una reducción del importe final de las producciones agrícolas cercano al 10%. Aunque el valor de la Producción Final Agraria se puede estimar entre los 42.000 y los 44.000 millones de euros, las producciones agrícolas, con un valor de entre los 24.000 y los 26.000 millones de euros en los últimos años, han sido las más seriamente afectadas en unas cifras que se podrían elevar a un mínimo de 2.000 millones de euros. De ese volumen, vía los seguros agrarios, solamente revertirá una parte sobre los bolsillos de los agricultores dadas las franquicias que existen en cada tipo de cobertura, y el hecho de que una parte de las producciones afectadas por la sequía o los calores, caso del olivar o el viñedo, tienen unos bajos niveles de aseguramiento, frente a lo que sucede con los cereales o las frutas.

En cereales, se trata de una mala campaña que sucede a otra discreta por debajo de la media, frente a unas expectativas solo ligeramente por debajo de los 20 millones de toneladas. Las previsiones coinciden en una producción de entre 17,5 y 18,5 millones de toneladas computando ya en esas cifras los 4,2/4,3 millones de toneladas de maíz. En trigos duros las estimaciones apuntan, con pocas diferencias, a una cosecha de unos cinco millones de toneladas, mientras la cebada no llega a los siete millones de toneladas, a los 0,8 millones de toneladas los trigos duros a un total de 1,4 millones de toneladas para el resto de los cereales como avena, centeno y triticale

En conjunto, se ha tratado de una cosecha con resultados muy irregulares donde la mejor parada fue Andalucía, mientras en el resto las cosechas han sido a la baja con la excepción de las tierras más al norte de Castilla y León. A la hora de las estimaciones, un dato que sigue siendo sorprendente es que, año tras año, Agricultura maneje a estas alturas de campaña, previsiones del mes de abril sin ninguna utilidad.

Los efectos negativos de las condiciones climatológicas ya se dejaron sentir también esta campaña en las producciones de frutas de hueso al afectar la falta de agua y los calores a la floración de los árboles. Ello ha supuesto que, a la hora de la recolección, los agricultores se hayan encontrado con menos fruto del esperado.

Los fuertes calores de las últimas semanas, junto a la falta de lluvia están afectando muy seriamente a la próxima cosecha de aceituna. Inicialmente, tras una campaña baja de solo unas 835.000 toneladas de aceite, se esperaba una producción de 1,3 millones de toneladas. Poco a poco se han rebajado las posibilidades de cosecha con una reducción que se podría situar en el entorno del 20%, muy especialmente en las zonas de secano más importantes de Andalucía y de la zona centro. Con estas cifras sobre la mesa, los precios del aceite de oliva en origen mantienen una escalada al superar ya los tres euros kilo para un virgen de calidad, subidas que se espera no cesen mientras no se reduzca la demanda, tanto en el mercado interior como en el exterior.

La misma climatología está afectando también de una forma negativa a la superficies de viñedos de secano, también muy especialmente en Castilla La Mancha. Frente una producción esperada de unos 40 millones de hectolitros, cada día que pasa bajo esta climatología, bajan también las previsiones de cosecha, lo cual se debería traducir en subidas de precios por lo que significaría de eliminación de excedentes.

Las cabañas ganaderas también han estado afectadas negativamente por los calores, muy especialmente en lo que se refiere a las parideras. En el caso de las abejas, se teme que la producción sufra una fuerte caída por los efectos de la sequía sobre la masa vegetal.

Finamente, la sequía y los calores afectaron muy gravemente a todos los pastos utilizados por las cabañas ganaderas extensivas, desde las provincias de la mitad sur de la península y la zona centro, a los prados de las provincias del norte con el consiguiente incremento de los costes de producción.

Prácticamente a punto de cerrarse las campañas, según los datos provisionales elaborados por Agroseguro, la sequía y los calores han afectado a una 470.000 hectáreas, de las que la mayor parte corresponden a las producciones de herbáceos y donde destacan las casi 190.000 hectáreas de Castilla la Mancha, seguida de más de 130.000 hectáreas en Castilla y León y cifras más reducidas en el resto. En lo que se refiere a los pedriscos, la superficie afectada ha sido de 220.000 hectáreas correspondiendo unas 150.000 hectáreas al cereal, 36.000 al viñedo, 12.000 a frutas y otras casi 5.000 a los cítricos. Por Comunidades Autónomas, a la cabeza se halla nuevamente Castilla la Mancha con más 80.000 hectáreas y cerca de 50.000 en Castilla y León.

Agricultura tiene en marcha una disposición por la que, a través de Saeca, se financia el coste de los avales para solicitar créditos en las entidades financieras hasta un montante por petición de 40.000 euros y contempla adelantar el pago de las ayudas PAC.

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