Opinión

La leche se ajustará a la cuota

A escasas semanas para la finalización de la misma, la producción de leche en esta campaña que finaliza el próximo 31 de marzo se situará en unos niveles en el entorno de la cuota asignada por Bruselas de 6,5 millones de toneladas, según las últimas estimaciones hechas desde la Administración. De acuerdo con las esas previsiones oficiales, la superación de la cuota se podía situar solamente entre un 0,3 y un 0,7% frente a las estimaciones iniciales que barajaban la posibilidad de un rebasamiento cercano al 7%. Esta nueva situación sería consecuencia de una reducción de la oferta llevada a cabo por los ganaderos en los últimos meses ante el fuerte incremento de la producción registrado en el primer semestre del año ya que, si se hubiera mantenido ese ritmo, podría haber dado lugar a una importante superación de la cuota y el pago de una elevada multa justamente este año cuando finaliza el sistema de cuotas. No obstante este cambio de tendencia, desde la Administración se advierte que los ganaderos deben seguir en esta línea para evitar que se supere la cuota, siempre actuando dentro de la legalidad frente a las prácticas que se llevaron a cabo hace más de dos décadas, que no dieron lugar a multas individuales, pero que supusieron para España el pago de una multa multimillonaria.

Esta campaña, los precios de la leche experimentaron una fuerte subida en los meses de primavera hasta superar los 0,39 euros litro, lo que, junto con una rebaja en los precios de una parte de las materias primas para la alimentación animal, se tradujo en un fuerte aumento de la producción. Según las entregas realizadas por los ganaderos en los seis primeros meses de campaña, si se hubiera mantenido ese ritmo, la superación de la cuota se habría acercado a un 7%, lo que suponía pagar multa por un rebasamiento de unas 400.000 toneladas.

A la vista de estas circunstancias, desde Agricultura se lanzaron una serie continuada de advertencias para que los ganaderos bajaran el pie del acelerador si no se querían arriesgar a pagar una multa por superar su cuota al no existir esta campaña la posibilidad de compensaciones entre ganaderos al tratarse de una superación de cuota generalizada en las explotaciones.

Frente a esta situación, una parte de los ganaderos se lanzaron al alquiler de cuota a unos precios que comenzaron por tres céntimos de euro kilo y que se acabaron pagando a nueve céntimos.

Para no superar la cuota, el sector adoptó igualmente sus propias medidas empujado también por la evolución de los mercados marcada por una situación excedentaria en el conjunto de la Unión Europea y que se reflejó en bajadas de los precios hasta una media de 0,32 euros y que, en algunos casos como Galicia llega a estar por debajo de los 0,30 euros. En unos casos se han producido cierres totales de algunas explotaciones, aunque la tónica más generalizada ha sido la reducción de los censos entre 15.000 y 20.000 animales al retirase los animales de más edad y menos rendimientos sin reposición. En otros casos, se ha utilizado la leche propia para engorde de los terneros evitando la compra de leche en polvo; se ha procedido al secado de muchos animales antes de tiempo y además se ha bajado la riqueza de las dietas alimentarias para reducirla producción diaria de leche por animal.

Para el responsable ganadero de UPA, Román Santalla es positivo que desde la Administración se ofrezcan puntualmente datos sobre la evolución de las entregas para que los productores sepan en qué escenario se están moviendo. Pero lamenta que desde ese mismo estamento, hace no mucho tiempo se animaba a los ganaderos a producir más para adaptarse a la futura situación de un sector sin cuotas y con la necesidad de competir. Además, entiende que tanta reiteración en las advertencias de superar la cuota jugaron un papel negativo para los ganaderos que tuvieron que alquilar cuota al triplicarse el valor de la misma coincidiendo con las bajadas de los precios de la materia prima.

En la misma línea se critica la actuación de unas industrias que animaban igualmente a los ganaderos a aumentar las explotaciones, a producir más para poder seguir con su actividad, pero que cuando han tenido que recoger unos miles de litros más se han plantado para desincentivar la oferta con unas fuertes bajadas de precios y muy especialmente del grupo líder, el francés Lactalis, con capacidad para fijar cotizaciones España o para traer la materia prima desde su matriz en el país vecino. Román Santalla denuncia la falta de adecuación de la mayor parte de las industrias de la leche cuya política industrial se ha limitado en la mayor parte de los casos a recoger y envasar leche y sin capacidad de dar otras respuestas industriales a esa materia prima para su colocación en los mercados exteriores.

A la vista del cambio de tendencia en la producción de leche, la Administración no puso en marcha la nueva normativa para retenciones a cuenta y con ello que los industriales tuvieran ya un colchón para afrontar las posibles multas, aunque la penalización corresponde a los ganaderos y no a las empresas.

Por otra parte, el Ministerio de Agricultura ya tiene cerrado el texto del llamado “paquete lácteo” por el que se pretende dotar de una mayor estabilidad a las relaciones entre los ganaderos y las industrias. La Administración quiere que el mismo entre en vigor antes del inicio de la próxima campaña, que es el uno de abril, y, sobre todo, que los contratos para la compraventa de leche tengan una duración mínima de un año frente a la situación actual donde dominan los contratos de seis meses y hasta de tres meses. Los ganaderos y la Administración entienden que con contratos a un año se da una mayor estabilidad al sector con precios asegurados. Por su parte, para las industrias, fijar condiciones para un año supone un peligro sobre todo teniendo en cuenta las exigencias y las políticas de cambios que suelen aplicar exigir los grandes grupos de la distribución.

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