Opinión

La PAC que se cuece en Bruselas

Invitado por la Administración española, el comisario de Agricultura de la UE, el irlandés Phil Hogan, giró hace unas fechas una visita a España donde mantuvo encuentros con representantes de toda la cadena alimentaria, desde la producción, con las organizaciones agrarias, las cooperativas a la industria alimentaria. El comisario habló, con carácter general, sobre el actual desarrollo de la política agraria en la Unión Europea tras la aprobación y puesta en marcha de la última reforma. Escuchó los planteamientos de las organizaciones agrarias reclamando una mayor simplificación de la reforma y mayores mecanismos para la defensa de los intereses del sector. Se fue como había venido, dando vueltas al contenido de las posibilidades que ofrece la nueva reforma desde los procesos de producción a los de comercialización, innovación o, apertura de nuevos mercados y dejando sobre la mesa los retos más importantes que se plantea impulsar como comisario de Agricultura: la tan traída y llevada simplificación de la PAC, que no se sabe cómo se va a concretar, y el impulso a la política de financiación para el sector agrario y el medio rural, vía los nuevos instrumentos puestos en marcha por el Banco Europeo de Inversiones. 

En esta línea, el comisario no aportó novedades significativas a lo que ya se conoce sobre la política agraria, si bien marcó algunas de las prioridades sobre la que trabaja desde su llegada al cargo con la mirada puesta en los intereses de agricultores y ganaderos y en el mundo rural.

Entre tanta presentación y discursos institucionales, el comisario lanzó también una advertencia. Actualmente, la PAC supone el 37% de todo el presupuesto comunitario, lo que supone mantener un elevado porcentaje en relación con otras políticas comunes, lo que despierta el recelo de otros sectores y, en ocasiones de la propia sociedad que lo ve como un gasto excesivo. A partir de 2017 toca una revisión de distribución de esos presupuestos y sería muy importante que los países miembros más afectados lucharan para no perder posiciones a la hora del reparto de los fondos.

Frente a quienes en el campo pueden tener una visión negativa sobre el futuro de la actividad agraria, uno de los primeros ejes de los mensajes del nuevo comisario al sector fue la valoración de la actividad agraria desde una perspectiva optimista, como una apuesta de futuro, simplemente si se tiene en cuenta el incremento de la población mundial, la incorporación como posibles consumidores de alimentos hasta el año 2030 de unos 150 millones de personas y, todo ello, con una superficie que es la que es en todo el mundo. En consecuencia, será necesaria la producción de más alimentos ante el incremento de la demanda mundial que, por ejemplo, en el caso de la leche, se estima en un crecimiento anual del 2%.

Esta llamada a producir más para dar respuesta a esa demanda, o simplemente para apoyar a países con hambrunas y carentes de recursos, no encaja sin embargo con la decisión de los propios responsables de Bruselas al exigir con la nueva reforma el abandono del 5% de la superficie cuando una explotación supere las 15 hectáreas para percibir las ayudas.

El comisario recordó, por si se les había olvidado a los agricultores y ganaderos que sufren frecuentemente caídas de precios, que la Política Agrícola Común ha pasado de un sistema proteccionista de apoyo directo a los precios, a la necesidad de que el sector agrario oriente más su actividad hacia los mercados y, sobre todo, teniendo en cuenta que nos hallamos ante unos mercados globalizados donde tiene repercusión todo lo que suceda en cualquier parte del mundo. Esta nueva situación hace que el sector agrario comunitario deba lograr una posición de mayor competitividad en ese contexto, ofrecer productos en volumen y muy especialmente, con la calidad necesaria para diferenciarse del resto de la oferta. En apoyo a esta política de ventas, indispensable para seguir produciendo, el comisario justificó el apoyo de Bruselas al incrementar de 60 a 200 millones los fondos para la promoción de los productos agroalimentarios en los próximos cuatro años.

Phil Hogan anunció que una de las principales prioridades de su mandato será la búsqueda de nuevos mercados en todo el mundo para la oferta de productos comunitarios de calidad. La no apertura de nuevos mercados en terceros países, mientras Bruselas abre de par en par sus puertas, ha sido una de las críticas más duras del sector a las autoridades de Bruselas ante los cierres de muchas fronteras de grandes países consumidores con falsos argumentos de calidad, sanidad o seguridad alimentaria. El comisario señaló las negociaciones que actualmente se están manteniendo con países como Japón o Vietnam. Por encima de todos los demás, destacó la importancia del futuro Acuerdo de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión con Estados Unidos y su convicción, en contra de las críticas del sector, de que será un acuerdo muy positivo para la actividad económica de todos los países. Frente a esos temores, el comisario reiteró su compromiso de que con el mismo no se va a poner en peligro la calidad alimentaria de la Unión Europea o las actuales normas sobre trazabilidad. "Las normas de la UE no se sacrificarán en aras de este acuerdo, ni de cualquier otro", señaló el comisario. Hogan insistió en aumentar la protección de los productos alimentarios europeos con indicaciones geográficas para que las mismas sigan ganando mercados en todo el mundo y, a la vez, proteger a los sectores comunitarios más sensibles ante la firma de ese acuerdo que, en su opinión, o se firma en un plazo no muy largo, o se deberá retrasar hasta que pasen las futuras elecciones en Estados Unidos.

En el ámbito comunitario y con el contenido de la reforma de la PAC como referencia, el comisario transmitió la preocupación y el interés de la Comisión para combatir las prácticas comerciales abusivas y desleales desde la gran distribución en relación con la industria alimentaria y muy especialmente con la producción, debilitando y socavando la posición de agricultores y ganaderos. Frente a este problema, el comisario abogó por una decidida actuación de las Administración para buscar el equilibrio entre todas las partes de la cadena y señala la necesidad de utilizar todos los mecanismos de la reforma para lograr una producción más organizada a la hora de operar en los mercados. En este sentido, Hogan ha reconocido y alabado el paso dado por la Administración española para aplicar la ley de la Cadena Alimentaria.

Y como novedades de su programa dos retos: Uno simplificar la aplicación de la PAC vía norma sobre pastos permanentes, las exigencias sobre diversificación de cultivos o de áreas de interés ecológico para acceder a las ayudas directas verdes. Dos, una nueva política de financiación para el sector en base a los fondos del Banco Europeo de Inversiones vía apoyo a los intereses.

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