Opinión

A bañarse al río

Resulta que se ha armado la marimorena porque a dos mozas musulmanas de 18 y 19 años residentes en Lugo no se les permitió acceder a las atracciones del parque acuático de A Magdalena en Vilalba vestidas con mallas, camiseta y gorro. Y ha tenido que salir el alcalde, Agustín Baamonde, a justificar públicamente que la prohibición no obedece a un tratamiento xenófobo, sino al cumplimiento de las normas de uso de las instalaciones y a la seguridad, "ya que es imposible bajar por los toboganes del parque acuático con esas prendas de una forma correcta". Como para entretenerse con estas chorradas, con la de asuntos de más importancia que tendrá el regidor sobre la mesa. "Se deniega con frecuencia el acceso a las instalaciones por la indumentaria", añadió Agustín Baamonde.

Si las rapazas fuesen oriundas de Cospeito, católicas o ateas, con toda seguridad se les diría "a bañarse al río" sin más miramientos, pero como practican otra confesión religiosa hay muchas posibilidades de que una asociación levante la mano para presentar la pertinente protesta. En esta ocasión fue Bonhomía, que, según su página web, se dedica a "proyectos de sensibilización que promuevan una visión crítica sobre cuestiones referidas a las desigualdades por razón de género, cultura, economía...". La buena intención de esta asociación con sede en Lugo no se pone en duda, pero en vez de quejarse en el Concello lucense podrían aconsejar a las agraviadas bañistas sobre la normativa vigente por estos pagos, además de las costumbres del personal.

La pelea fue larga para que las mujeres puedan tomar el sol con el pecho al aire e incluso bañarse, como sucedió a principios del verano en las piscinas ourensanas de Oira. 

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