Opinión

“Abel qué pasa en el PSdeG”

Pues Abel qué pasa en el PSdeG, no lo tengo nada claro”. El experimentado ‘marmitero’ de estrategias electorales tira de retranca para indicar que el maitre que decidirá si Gonzalo Caballero o Valentín González Formoso se sientan en la mesa de la secretaría general es el alcalde de Vigo. Abel Caballero no servirá un plato que no guste a Ferraz. Por el momento ya han consentido que la militancia elija entre dos menús. Sería fácil señalar a Caballero, sobrino, para cuajar cualquier intentona de mover la silla al actual líder en Galicia, pero no lo han hecho. La operación de situar a José Miñones en la Delegación de Gobierno se interpretó como una opción de reserva en el caso de que el alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña no hubiese decidido dar el paso.

Lo ha dado y toca caminar para llegar primero a las primarias. Caballero lleva muchos kilómetros recorridos para conquistar a la militancia. González Formoso ofrece victorias electorales en As Pontes y en la Diputación coruñesa, aunque ésta se presuponga como la lluvia en Galicia. “Está muy bien caerle simpático a la militancia, pero se trata de caerle bien a los gallegos porque sobre el papel, y después de 16 años, el PP de Feijóo tendría que estar en el final de ciclo”, indica el experimentado estratega. Caballero llegó a las pasadas elecciones gallegas tras derrotar el PSOE al PP por primera vez en unas generales, ganar las municipales y un empate técnico en la repetición que amarró a Sánchez en La Moncloa. Cuando él se sometió al juicio de las urnas fue sobrepasado por el BNG liderado por Ana Pontón. En el horizonte cercano aparecen las elecciones municipales y los alcaldes con bastón temen que en las próximas tengan que ser ellos los que apoyen la investidura de los nacionalistas para no ceder las instituciones al PP.

Caballero no ha sabido ampliar equipos, como demuestra que colocase en el cartel de las gallegas a los mismos que ya disfrutaban de escaño en el Congreso. El histórico eje de alianzas A Coruña-Ourense, Pontevedra-Lugo se puede invertir, por lo que Formoso contaría con A Coruña, Lugo y una parte de Ourense. El alcalde de As Pontes tampoco supone para Pontevedra un coruñesismo intragable y la duda es si Abel señala plato o deja elegir. 

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