Opinión

Al pie del tractor

Paco sigue pilotando el tractor con 97 años. Anteayer pasó resuelto por el centro de Vimianzo –llave de paso a la Costa da Morte– conduciendo el coche. En la plaza de la Iglesia comentaron que días atrás había cortado él solo en el monte un montón de leña con la motosierra. Hace un par de años cambió sin ayuda una rueda del tractor. Isabel recordó que hace un mes Paco pilló un rebote tremendo al escuchar un comentario sobre la importancia de asumir a una determinada edad que los reflejos no son los mismos que de mozo. Es muy humano resistirse a entregar la cuchara, el coche o el tractor, pero si no hubiese en esta tierra de mar, monte y aristas gente empeñada en seguir al pie del tractor como Paco, el rural estaría bastante peor y los incendios serían más devastadores por la dispersión de los núcleos de población.

La semana pasada falleció en el municipio ourensano de Riós un hombre de 89 años al quedar atrapado debajo del tractor después de salirse del camino. Fue la primera víctima mortal del año en la provincia  por un siniestro de estas características. El año pasado cinco hombres perdieron la vida en Ourense por este motivo, el mismo balance que en 2021. La media de víctimas mortales en España por accidentes en vehículos agrícolas roza las 90 al año, a siete por mes. El tractor se cobra más vidas que el coche en carretera. En 2020, la aseguradora Mapfre hizo publico un dato tan preocupante como de difícil solución: entre 2010 y 2019 registró 800 fallecidos por accidente en un vehículo agrícola.

La temporada de incendios llega este año cuando la primavera empieza a brotar, en las cimas más altas perdura la nieve y todavía no se ha activado el dispositivo antiincendios. Al mediodía habían ardido 120 hectáreas en el municipio lucense de Láncara. Las temperaturas descenderán la próxima semana, según las predicciones, y después nos sumergiremos en la caldera hasta finales de octubre. Los montes de propietarios como Paco tienen más posibilidades de salvarse de las llamas que los que no se han limpiado y desbrozado en invierno. Continuamos tirando del sudor de los mayores para cuidar el patrimonio natural, pero hay que pensar en pagar un sueldo por vivir en el campo o pronto no quedará nadie para encender el tractor.

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