Opinión

Ayuso y Abascal en el crepúsculo atlántico

Santiago Abascal reunió el lunes a cerca de 400 simpatizantes y candidatos de Vox a las municipales en un hotel de A Coruña y los que compiten por ese bocado empezaron a echar cuentas sobre cuántos votos les puede sisar de la saca. Sucedió también en la campaña de las últimas elecciones gallegas. El encuentro con un centenar de agricultores y ganaderos de la comarca de Bergantiños aventuró representación en el Parlamento sin posibilidad de error, pero la ultraderecha no pasó del ruido de Ortega Smith al calificar de racista a Castelao en un mitin en Xinzo de Limia, aunque Vox lo anunció en “Ginzo”.

Un colega más fan del PP que Manuel Fraga valoró la posibilidad de sumarse para hacer bulto a la concentración de unas 40 personal delante del hotel en el que Santiago Abascal contó que su madre era coruñesa –dijo “La Coruña por respeto a ella”–, pero al ver las estreleiras que identifican al BNG, banderas comunistas y republicanas la intención se enfrió como un baño nocturno en las aguas del Atlántico.  “No os enteráis de nada, Abascal sabe que aquí no tiene nada que rascar”, intentó tranquilizarlo un raposo que está al quite de cada movimiento político. “Vino a Galicia para intentar pescar algo con lo que presionar a Feijóo de cara al reparto de sillas en el supuesto de que entre los dos puedan formar Gobierno”. El hincha del PP pasó de preocupado a muy preocupado, a la manera de Mariano Rajoy tras hablar con Zapatero en La Moncloa de la importancia de un buen lateral derecho en un equipo de fútbol.

El raposo intentaba contener la risa por la seriedad que el pepero se había tomado la ocurrencia que acababa de largar, pero no dejó escapar una presa asustada: “No tienes que preocuparte porque Isabel Díaz Ayuso también se inspira a su manera en Galicia. Decir que ‘la justicia social es un invento de la izquierda que promueve la cultura de la envidia’ lo sacó, ella o el que se lo chivó, de ‘El crepúsculo de las ideologías’ que escribió  Gonzalo Fernández de la Mora”. Fue ministro con Franco, redactor del plan de autopistas, miembro de los 7 magníficos que montaron el tinglado de AP, diputado por Pontevedra en las elecciones constituyentes, mentor de Rajoy y acabó enfrentado a Fraga por posicionar el partido a favor de la Constitución. Feijóo votó a Felipe en 1982. 

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