A estas alturas, seguramente a Alberto Núñez Feijóo le produce tanto pavor repetir como candidato a la presidencia de la Xunta como echarse a un lado y dejar que otro apande con el éxito o el fracaso electoral. Hasta el día 2 de abril no desvelará su futuro, pero no hay que tener miedo. La vida es retorcida y a veces un error conduce a la salvación, como bien saben los 13 miembros de la plataforma SOS Sanidade Pública que tenían el martes cita en Bruselas para intentar que los eurodiputados ayuden en el rescate del hospital Álvaro Cunqueiro de un modelo de gestión privado que consideran perjudicial para la salud del personal de la comarca de Vigo y sus alrededores.
Resulta que la delegación de galenos se equivocó de parada de metro cuando acudían a una reunión para hacer un seguimiento de la denuncia presentada y admitida a trámite en la Comisión Europea contra la cuestionada adjudicación. En vez de apearse en Maelbeek, lo hicieron una estación antes y cuando alguno se estaba acordando de los antepasados de Hipócrates por el precipitado diagnóstico geográfico escucharon la explosión que se saldó con una veintena de muertos. Salvaron la vida por bajarse del metro antes de tiempo. Hay situaciones que dan mucho y miedo y te marcan para siempre.
Si se dan por buenas las reclamaciones de la referida plataforma, y a un médico se le presupone que sólo vela por los intereses del paciente, el presidente gallego también tiene en su mano revertir un contrato que ayudaría a mejorar la calidad asistencial en el nuevo centro hospitalario vigués y a salvar vidas. Bajarse a tiempo de un modelo tan discutido podría también salvar la imagen de Feijóo en una plaza complicada para el PP, tanto si decide repetir como candidato como si entrega el testigo a otro colega de su partido.
En Bruselas tienen que alucinar cuando examinan la problemática del Álvaro Cunqueiro. El presidente de la Xunta levanta un gran centro hospitalario y la ciudad se lo agradece con una multitudinaria protesta. El 12 de mayo está convocada otra gran manifestación en defensa de la sanidad pública a unos meses de un nuevo proceso electoral pero Feijóo aún puede bajarse a tiempo.
