Opinión

Bayetas para ellas, apuestas para ellos

Contó Vero Boquete en el programa 'La Prórroga' de Telemiño que este país avanza con una carga de machismo intolerable. Nominada a mejor jugadora de fútbol del mundo en 2015 por la cadena inglesa BBC, lleva media vida regateando rivales en el campo y comentarios de la grada. "En este país quedan muchos estereotipos. La sociedad aún es machista. Evolucionamos con retraso", señaló la futbolista compostelana que ahora milita en el PSG francés tras pasar por Estados Unidos y Alemania. 

De cativa, si crujía a un chaval con una finta, la madre del rapaz entraba en cólera porque no podía soportar que el talento no entiende de género. Mientras por otros pagos llevan años con ligas de fútbol femenino muy potentes, aquí se empieza a potenciar la competición con la incursión de los grandes equipos de Primera. Es un paso. 

Cuando este chófer de anécdotas jugaba en las categorías inferiores del Deportivo, en los campos de esta tierra de aristas era recibido al grito de Mari Pili por lucir coleta. Ahora a casi nadie sorprende que un tipo lleve el pelo largo, mechas o pendientes, aunque en un campo de fútbol quizá tenga que aguantar los rebuznos de algún becerro hasta que se quede afónico.

El machismo anida en el subconsciente e incluso lo alimentamos aunque sea sin pretenderlo. En la publicidad de la serie de Antena 3 'Velvet', que versa sobre los avatares en una galería de moda de los años 50 y 60, aparecen dos de las protagonistas hablando de cremas para el cuidado de la piel. Justo después de que una revele el secreto de la crema que utiliza y sus innumerables ventajas, la otra le pregunta por la suavidad de sus manos. La sedosidad obedece a que friega los platos con un determinado producto. El daño es terrible porque se presupone que a los hombres no les compete esa tarea doméstica. Los expertos en mercadotecnia habrán estudiado el potencial mercado, pero también hay muchos tipos que le dan a la fregona y a la bayeta. En los descansos de cualquier competición deportiva la publicidad de las numerosas casas de apuestas van dirigidas principalmente a un público masculino, como si no hubiese muchas 'Veros' que les apasiona y juegan al fútbol. Cada gesto es vital para golear al machismo y a la violencia de género.

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