Opinión

Besteiro, aleluya

José Ramón Gómez Besteiro posee la habilidad de hacer que su interlocutor sienta que está siendo escuchado como si fuese el penúltimo ser humano del planeta, cualidad que también desarrolla Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno. La cercanía suma en política, el mohín de cabreo permanente resta. Lo tenía que haber aprendido Pablo Iglesias y fomentado en los cuadros de Podemos. Contar con una cultura política enciclopédica no te convierte en animal electoral.

Besteiro parecía en condiciones de disputarle la Xunta a Núñez Feijóo en 2016, pero renunció a la secretaría xeral del PSdeG apretado por la decena de causas judiciales abiertas por la jueza Pilar de Lara que acabaron todas en la papelera del archivo. Besteiro se apartó para no lastrar las aspiraciones de Pedro Sánchez ni manchar a su partido. Permaneció siete años en silencio hasta que pudo regresar planchado de imputaciones. El presidente del Gobierno ha contribuido a su reparación política nombrándolo delegado del Gobierno en Galicia en sustitución de José Miñones, ahora ministro de Sanidad. Una gran parte de los socialistas gallegos han recibido la designación con regocijo. Si es por el actual secretario xeral, Valentín González Formoso, Besteiro estaría ya ungido como candidato a la Xunta.

Y aleluya, como diría la predicadora evangélica de la que tiró el PP Europeo en un acto con la presencia de Feijóo para contraprogramar la foto de Sánchez con el rey en la Cumbre Iberoamericana. Los disparates escuecen un tiempo como las caídas. De todas las reacciones a las posibilidades de Besteiro para competir por la Xunta, el más ponderado fue López Orozco: “No se apuren, dejen que ejerza su cargo y ya llegará el momento”. Aleluya.

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