Lo que le ha sucedido a Gerardo Crespo estaba cantado. Sólo había que aplicar la teoría de la evolución periodística para darse cuenta". Aunque no aparece en ningún libro de estilo, los personajes públicos siguen un ascenso progresivo, según sostiene un colega de oficio que lleva muchas libretas gastadas con plenos municipales. Primero te sacan en el periódico en un breve. Tras dar bastante la lata a los redactores de local pero sin llegar a ser cargante se pasa a columna. Más tarde se aparece en una foto al lado del que esté al mando del chiringuito en ese momento y después de un tiempo de estirar cuello para no perder foco se consigue mojar a cuatro columnas. El colega desconfía de los tipos que se saltan alguna etapa y no suele fallar.
La preocupación por la corrupción se ha disparado hasta registros históricos, según la última encuesta del CIS. El paro sigue por delante, pero puede ser un problema pasajero, como la tambaleante situación económica. La corrupción tiene un arreglo más complicado. Se ha convertido en una manera de hacer política y negocio. 'Peixes' efervescentes como el minusválido Gerardo Crespo, al que se le acusa de haber sisado a la Xunta 20 millones de euros en cursos de formación fraudulentos, pueden ser fáciles de detectar con la lectura diaria de la prensa. La 'motillo' que utilizaba para desplazarse le abrió los despachos de sus colegas del PP y también los del bipartito, pero atrajo miradas. Es la parte más fácil de reconocer de un sistema con venas podridas.
Ya no te puedes fiar ni del que controla que se cumplan las reglas. El FROB le hizo trampas al empresariado gallego cuando invirtió por sentimiento de país en NCG Banco; como se está demostrando en los juzgados, las cuentas de Bankia antes de su salida a Bolsa en la época de Rodrigo Rato parecían hechas por un trilero, según denuncia un informe elaborado por el Banco de España... Durante mucho tiempo hemos comprado la solidez en la gestión de Rodrigo Rato a cinco columnas, el artífice del milagro económico durante el primer Gobierno de Aznar... Acabó manchándose sin necesidad, como un Gerardo Crespo más, pero esta clase de corrupción es la más difícil de detectar y de erradicar. Que sepan que preocupa es un paso.
