Opinión

Caña aquí

Que un político con mando en garita recurra a mañas ventajistas y ponga todo de su parte para atornillarse en el puesto es de primero de militancia. No hay lista para los pusilánimes. Un dirigente de los socialistas gallegos que sigue sintiendo la camiseta a pesar de que la actual estrategia del secretario xeral, Valentín González Formoso, lo manda al banquillo se quejaba por el electoralismo del  bono deporte de 120 euros para cada niño de 6 a 16 años federado que activará la Xunta a partir de enero: “La medida puede ser un cañón en la familias antes de las elecciones”. Recogió nasas cuando el interlocutor le advirtió de que el bono cultural de 400 euros del Gobierno central destinado a chavales que acudirían a las urnas por primera vez tenía el mismo propósito.

La carga de la percepción fluctúa según se pesa una medida desde la balanza del Gobierno o de la oposición. Críticas parecidas a las que recibió Pedro Sánchez del PP de Alberto Núñez Feijóo antes de las elecciones, le están cayendo en Galicia a Alfonso Rueda del BNG y del PSdeG. El bono comercio y la rebaja impositiva para fomentar la adquisición de coches de segunda mano anunciada ayer son consideradas cebo electoral. Alfonso Rueda está en campaña, pero no sólo porque va a hacer sonar la campana cuando le convenga, sino desde que sucedió a Núñez Feijóo al frente de la Xunta y del PPdeG. Nada más tomar posesión salió disparado para recibir en el Obradoiro a un colegio ferrolano que había hecho el Camino de Santiago.

Le preocupa no ser tan reconocido como su predecesor. El fin de semana estrenó un autobús que recorrerá Galicia para que el personal pueda tomarse una caña con el presidente. “Alfonso, caña aquí”, como decía Amador en la serie ‘La que se avecina’. La oposición exige que aclare con qué fondos se apoquina la ronda, como el PPdeG reprochó al bipartito, sobre todo al BNG, haber servido 400 mojitos en la feria del libro de La Habana. Ni siquiera licor café.

Rueda  acude este jueves a “pintar a mona” al programa Land Rober de la TVG, que es una manera de afinar su simpatía de cara a las urnas. El trabajo es fino. En septiembre participó el socialista Abel Caballero, alcalde de Vigo, para rebajar la caña a Rueda.

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