Opinión

Comuniones civiles, la última memez

Definitivamente no hay solución. El ser humano involuciona a un ritmo alarmante. La última memez que se le ha ocurrido a nuestra especie son las comuniones civiles para que los rapaces celebren el paso de la infancia a la adolescencia. Como lo leen. Y el disparate no se le ha ocurrido a un empresario avispado que ha visto el negocio, sino a la corporación municipal de Rincón de la Victoria, población costera que cae en la orilla de Málaga y se caracteriza por contar con la renta per cápita mayor de esta turística provincia.

"Sin querer entrar en enfrentamientos ni disputas con la Iglesia, entendemos que hay una demanda ciudadana de ofrecer la posibilidad de organizar comuniones al margen de la religión, porque hay determinadas celebraciones que sólo se ven con un sentido religioso, pero también lo pueden tener civil o social". La justificación del primer teniente de alcalde, Antonio Moreno, representante de Ahora Rincón, filial de Podemos, publicada en el diario 'Sur' produce entre hilaridad y sorpresa. A la peña le da igual el escapulario, pero quiere fiesta. Y el ayuntamiento amablemente le organiza el tinglado a un precio de 60 euros, más otros 22 por la reserva de la ceremonia civil.

El ser humano es sorprendente. Se pasó media historia buscando a Dios y cuando una gran parte del personal ha desistido de la tarea, la necesidad del rito persiste. La peña continúa casándose por la Iglesia, bautizando a sus churumbeles y enterrándose en campo santo porque los curas llevan dos mil años gestionando la ceremonia. No hay empresa de bodas o funeraria que lo haga con tanta pompa.

El acto de las bodas civiles tiene un pase; el de los bautizos hasta se puede entender, pero lo de las comuniones parece una gilipollez de progre que manda a sus hijos a estudiar a Maristas o a Jesuitas. Se critica la puesta de largo de las mozas en el Liceo Casino de Pontevedra por representar tiempos rancios y en un ayuntamiento gobernado por el PSOE con fuerzas supuestamente progresistas abren las puertas del salón de plenos para un acontecimiento similar. Ya puestos, lo siguiente podría ser la confirmación como ciudadano. Las ceremonia de las bodas de plata o oro ya las ofertan al mismo precio. Y si sucede allá, sólo es cuestión de tiempo que lo emulen aquí.

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