Opinión

Confianza sin curvas

Una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico vigilaba el acceso a Pedrafita desde León a las once de la noche del jueves. Sólo un camión y dos vehículos particulares entraron en ese momento en Galicia por la antigua N-VI a la que se ha regresado por la caída del viaducto de la A-6 a la altura de O Castro y el corte del gemelo en sentido Madrid para evitar desgracias. La impresión sobre el escaso tráfico frente al gran revuelo político entre la Xunta y el Gobierno central por los plazos de reconstrucción de los viaductos puede resultar engañosa. Minutos antes había terminado el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey que enfrentó al Real Madrid y al Barcelona en el Santiago Bernabeú. La pelota gira en el Clásico del fútbol español y medio mundo se detiene.

En los días de curro o los domingos de regreso del fin de semana el retraso no supone más de diez minutos respecto al tiempo que se empleaba antes del derrumbe. Una puñeta para los camioneros que viajan con el tiempo justo, una gran problema para los transportes especiales como las palas de los molinos eólicos, un ligero contratiempo para un conductor particular, que puede aprovechar el desvío para comprar una empanada en alguno de los colmados que están abiertos incluso en días festivos.

Horas antes, Xavier Flores, secretario general de Infraestructuras, se había comprometido durante una visita a O Barco de Valdeorras a que en 2024 los dos viaductos entre Galicia y Castilla y León estarán construidos, uno este año, el otro el siguiente. Ayer, la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, le respondió: “Los gallegos sabemos sumar dos más dos. Si sabemos que no va a ir por la vía de emergencia, es imposible e inverosímil que esté en 2024”. Vázquez considera “inaceptable que se demore la obra hasta 2028, que es la previsión que se trasladó oficialmente la semana pasada desde el ministerio”.

El reto resulta colosal y el empeño para que se levanten cuanto antes es plausible, pero la seguridad debe prevalecer sobre la prisa y el ruido político para que no vuelva a suceder. Los viaductos gemelos en Allariz y A Valenzá en Ourense están siendo reparados de urgencia. La confianza se sale en la primera curva.

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