Opinión

Confíen en las malas personas

Necesitaríamos un botón de apagado para poder desconectar de la realidad. Otro de reinicio tampoco vendría mal. Un lector reprochó hace unos días a este chófer de anécdotas que gran culpa del desánimo generalizado la tenemos los periodistas por cargar la tecla con las malas noticias. Lo cierto es que los medios de comunicación y sus redactores cuentan lo que sucede con mayor o menor pericia, pero todos los profesionales, salvo contadas excepciones, intentan contribuir a que esta sociedad sea mejor.
Que las malas noticias vendan más, no es del todo cierto. Un periódico deportivo sube la tirada el día que gana el equipo que cuenta con mayores simpatías entre la afición.


A nadie le gusta contar que el número de parados casi se ha multiplicado por tres en Galicia desde 2007, según rezan los datos de la Encuesta de Población activa que hace el INE; que las mujeres gallegas cobran un 23,3% menos que los hombres y perciben de media por hora la cantidad más baja de todo el Estado, como avisa un estudio de UGT; que la Cidade da Cultura en el Gaiás se merienda cada día 27.000 euros para abrir sus puertas, según denuncia el BNG; que la política está manchada de corrupción y los principales responsables continúan balbuceando disculpas hueras en vez de sabanear con decisión el sistema; que la economía tardará en recuperar el nivel anterior a la crisis al menos hasta 2017, alerta el Instituto de Estudios Fiscales, o que la Cruz Roja de Ourense detecte el aumento de personas sin hogar con hijos a su cargo.


Es lo que hay y el que es consciente de lo que sucede más posibilidades tiene de hacer algo. "Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás", escribió el genial William Faulkner. Es lo que estamos haciendo. Seguimos confiando en la misma tropa que nos ha conducido con sus mañas hasta el desnucadero, la misma que prefiere que el peridiodista no cuente lo que molesta a los poderosos. El alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela, inauguró hace un par de días los nuevos aseos del cementerio de Catabois y la noticia fue recogida por medios locales y cámaras de televisión. Tendría un pase en la página de chistes, pero parecía que estaba inaugurando un flotel. El sistema también necesita un botón de reinicio.

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