La vecina del cuarto, que sólo abre la boca para quejarse, el otro día se interesó durante el azaroso encuentro en el ascensor por la fortaleza electoral del PP en Ourense. Tras explicarle que los populares cuentan casi con 30.000 afiliados en una provincia de 318.391 habitantes, según datos de 2015 del Instituto Galego de Estatística, la señora cuestionó la cifra con un argumento recurrente y que se da por bueno a la ligera: "Los militantes del PP no pagan la cuota".
Durante la reciente campaña electoral del 26-J, este chófer de anécdotas reunió a militantes de las cinco principales formaciones que se presentaban en la circuscripción ourensana para que explicasen su implicación en un momento de desafección política. Cuando se les preguntó por el número de afiliados de cada partido en la provincia, Montserrat Castro, representante de Ciudadanos dijo 64; Xurxo Doval, del PSdeG, mencionó 500, aunque con las agrupaciones comarcales la cifra se eleva a unos 2.500; Aitor Insunza, de En Marea, argumentó que la confluencia como tal no tiene militantes; Rosi Pérez, del BNG, reconoció unos 500 y cuando le llegó el turno al del PP, César Blanco hizo un gesto antes de responder como el que es consciente de que está abusando: "Somos unos 30.000". Inmediatamente, como si se tratase de la vecina del cuarto, a César Blanco se le interrogó sobre si era cierto que los militantes del PP no apoquinan los dos euros al mes por pertenecer al partido, pero no hizo falta que respondiese porque se le adelantó Rosi Pérez: "Pagan, pagan. A verdade é que niso sinto moita envexa do PP". Y para desterrar definitivamente la leyenda, un militante con cargo institucional confesó más tarde que él entrega parte de su sueldo al partido como sucede en otras formaciones aunque no lo airean de la misma manera. Hace unos días, una destacada dirigente socialista de la provincia de Pontevedra alabó también la fidelidad de los afiliados populares de la 'Terra da Chispa' con una sentencia lapidaria: "Máis que militantes son fieis porque tanto o PP como Baltar son relixión".
"El PP es el partido más estalinista que conozco, no se sabe nada de los líos internos", reflexiona un asesor de uno de los alcaldes llamados rebeldes. Y menos en campaña.
