Opinión

Curso de cocina y misa por el 8M

Ahora a casa, que hay que hacer la cena”, berreó un fulano mientras más de 300 mujeres participaban en la plaza del Obradoiro en la performance ‘Un violador en tu camino’ ideada por el colectivo chileno Las Tesis contra la violencia machista. Sucedió en diciembre de 2019. El gracioso escapó por patas ante el reproche contundente de  mujeres y hombres que habían acudido a la convocatoria. El vídeo con el rebuzno simplón se viralizó al instante, alguien identificó al autor como militante de Novas Xeracións de Santiago y la polémica concluyó con la baja voluntaria al día siguiente y el reproche público de los chavales del PP gallego ante un comportamiento “inaceptable”. “Condenamos calquera acto de carácter machista e non temos nada que ver co acontecido onte”, recalcó Nuevas Xeracións en un comunicado.

Las formaciones políticas no son responsables de los actos de sus militantes, pero aún hay que insistir en la educación para que las etiquetas sobre la responsabilidad de las tareas del hogar causen grima, sobre todo porque muchos hombres aceptan con gusto la corresponsabilidad doméstica. Todos los partidos, o casi, predican con buenas intenciones para seguir creciendo como sociedad hasta lograr la igualdad real entre hombres y mujeres, pero en ciertos casos la programación para reivindicar el Día Internacional de la Mujer espejea viejos clichés que salen sin esperar como la caspa.

El Ayuntamiento de Sariegos (León) izó ayer una bandera morada de siete metros que ondeará durante los cinco días que duren “las acciones reivindicativas, pero también atractivas para poner en valor la lucha por la igualdad”. El equipo del Gobierno municipal, que va por el cuarto regidor en este mandato y ahora está en manos de UPL (Unión del Pueblo Leonés), asume la lucha por la igualdad como “una de las banderas” de su gestión. El medio digital Ileón publicó que entre las actividades se incluye “un taller de cocina y misa con motivo del Día de la Mujer”. Rascando en la intención, el taller se llama “Cocina para tod@s”. Si el curso lo organizan sólo para hombres que nunca se han colgado el delantal, la iniciativa estaría al punto. Y hasta la misa quedaría a la vela si recogiese la reivindicación de las feministas católicas por una Iglesia más igualitaria como hicieron el día 5 en Santiago y Vigo.

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