Opinión

Decencia

Resulta que este chófer de anécdotas andaba fastidiadete porque el día no le daba para llenar la columna, ya que lo de la doctrina Parot y esas gaitas alcanzan para que con su pan se lo guisen y se lo coman entre todos. ¿Aceptamos la ley o pasamos de lo que diga Europa. Y llegó un bombero, el mismo que se negó a ejercer de tal cuando había que desahuciar de su vivienda a una jichiña octogenaria para pedir permiso porque le van a hacer unas fotos en una revista que no se sabe si algún día va a salir a la calle.

Resulta que este chófer de anécdotas hace un porrón de años realizó un reportaje en el que se denunciaba las condiciones laborales de los tipos que tiene que soplar cuando la vela no es de cumpleaños. Pasaron los años, el calendario se fue marchitando y la vida se fue complicando. Sus salarios fueron menguando, como los de todo el mundo. Y a uno, que tiene tiempos para pensar en lo que significa cada palabra, comienza a odiar la acepción competitivo.

Pero al lío. El bombero agarró aquel día una pancarta de stop desahucios y se hizo famoso sin quererlo. Jamás concedió una entrevista a pesar de que varias cadenas nacionales le enseñaron el talonario. Y hoy, ayer para el lector, resulta que este héroe anónimo se acerca a este periodista para pedirle permiso para dejarse fotografiar por una revista que no se sabe si va a salir alguna vez al mercado.

Y a este humilde chófer de anécdotas, después de tropezar con Feijóo y con Touriño por informaciones ciertas aunque incómodas, se le cayeron los palos del sombrajo al comprobar que en esta vida sí hay gente decente.

El bombero que nos ocupa sabe que le va a caer una sanción caralluda por aquel gesto que hizo. Y a uno, que le parece que la decencia pesa mucho más que los malos pensamientos, por dios que los políticos nos libren de los buenos , busca en el telediario una noticia, una sola para seguir creyendo en todos estos tipejos que llevan toda su puñetera vida sin bajarse de un coche oficial. Para Feijóo, que no sabe lo que es cocinar, según declaró a este periodista, ni tampoco lo que vale llenar el deposito de gasolina, todo funciona macanudo, Gracias al cielo hay gente decente como el bombero que nos ocupa. De los que nos gobiernan, nos ocuparemos alguna vez de pedirle cuentas.

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