Opinión

El día que no murió Fidel

En el delicioso libro 'El fútbol a sol y sombra', Eduardo Galeno enunciaba la cita mundialista de cada cuatro años con la misma anécdota: "Fuentes bien informadas de Miami anunciaban la inminente caída de Fidel Castro, que iba a desplomarse en cuestión de horas". Tras sobrevivir a casi 700 atentados, a once presidentes estadounidenses, a Fraga y ver incluso como el Tío Sam rebaja el embargo a la isla, el jueves y viernes pasado en Miami se intensificaron los rumores sobre el empeoramiento del estado de salud del Comandante, que lleva sin aparecer en público desde enero del año pasado. El martes, Maradona mostró una carta firmada dos días antes por Fidel para acallar la rumorología. El futbolista más sorprendente de todos los tiempos comentó que el líder cubano bromeó en una ocasión con que algún día la cadena CNN acabará acertando con su muerte. El día que no lo maten las fuentes bien informadas de Miami será noticia, pero la biología es más implacable que la CIA. 

El arquitecto ferrolano Calixto Loira Cardoso comentó cuando estaban finalizando las obras del Cementerio de Colón de La Habana que él había diseñado: "Está quedando tan bonito que dan ganas de morir para enterrarse aquí". Fue el primero en hacerlo al fallecer repentinamente cuando supervisaba la construcción de la Galería Tobías. El maestro Neira Vilas cuenta la anécdota con una gracia insuperable. A Fidel parece no gustarle tanto la parcela funeraria. No hay manera, chico. El mundo sigue girando y dándole vueltas al futuro de la isla sin la guía firme de los hermanos Castro. "De Cuba dinse moitas barbaridades. Non pasará nada especial. Está habendo unha transformación e uns cambios e non caerá o mundo. Hai renovación continua, malia que hai xente que fai moito o ridículo falando do que non sabe", afirmó Neira Vilas en una entrevista publicada en este periódico. El escritor trabajó en el ministerio que dirigía 'Che' Guevara y allí vivió una treintena de años que considera los mejores de su vida. Después del pase en Salamanca de la película 'Fresa y chocolate' sobre la persecución homosexual, el actor Jorge Perugorría se fue de cañas con unos cuantos estudiantes con el pecho lleno de revolución. "Yo sólo estoy en contra de los errores del régimen", afirmó. Fidel se resiste a que la historia lo absuelva.

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