Opinión

Divorcio feminista

La única china que incomodó el paso de Alberto Núñez Feijóo por los pasillos de la Xunta de Galicia fue Manuel Baltar. Sólo la indisciplina de los diputados del PP por Ourense podían comprometer su mayoría absoluta, como le sucedió a Manuel Fraga en 2004 con la “revuelta del pisito”. Cuando Baltar abandone la dirección provincial del partido, tras el paso atrás con la renuncia a recoger el acta de concejal en Esgos que lo descarta para repetir en la presidencia de la Diputación, Ourense quedará como una suerte de franquicia de Santiago o de Madrid hasta que aparezca un liderazgo que no se someta a tutelas y sólo piense en el interés de la provincia y de la ciudad. Mientras, todos a Rueda, que después de las generales, y ya dijo Feijóo que habrá muchos cargos para repartir, están las gallegas.

Sólo la indisciplina de los diputados del PP por Ourense podían comprometer su mayoría absoluta, como le sucedió a Manuel Fraga en 2004 con la “revuelta del pisito”

Un marmitero del PP estatal asegura que en estos momentos la única preocupación de Feijóo en su camino llano hacia la Moncloa, si en un mes Pedro Sánchez no consigue cambiar el aire de las encuestas, es Santiago Abascal. “Negociar con Vox le va a resultar tan complicado como a Sánchez con Podemos. Te puedes encontrar a un torero de vicepresidente en Valencia y ya ves lo que ha pasado en Extremadura”, sostiene. El desvelo por el poder extremeño es relativo en Génova, incluso no importaría que Guillermo Fernández Vara se impusiese en una repetición electoral. El rechazo de la popular María Guardiola a compartir gobierno con la ultraderecha con un discurso impecable en la forma y en el tono beneficia a Feijóo de cara a evitar penalización electoral por los desvaríos con la violencia machista de Vox.

PSdeG y PPdeG llevan la violencia machista al pleno del Parlamento de Galicia de la próxima semana, pero desde la ley trans esa traca electoral tiene menos mecha

La lucha feminista no tumbará a Feijóo ni aupará a Sánchez, ni siquiera favorecerá demasiado a Yolanda Díaz. Mientras Feijóo recibía palos por hablar en la Cadena Ser de “divorcio duro” al valorar la condena por maltrato del líder valenciano de Vox, a puerta cerrada mantenía un encuentro en el que la filósofa Amelia Valcárcel, referente del feminismo clásico y en la onda socialista, le otorgó su “confianza desde ya” por apoyar la reforma de la ley de solo sí es sí. PSdeG y PPdeG llevan la violencia machista al pleno del Parlamento de Galicia de la próxima semana, pero desde la ley trans esa traca electoral tiene menos mecha.

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