Opinión

El testamento

Dice el Consejo General del Notariado que los testamentos en Galicia han aumentado un 30,7% entre 2007 y 2016 al pasar de 47.868 a 62.589. A pesar del incremento anunciado, la cantidad parece baja para una población de 2,7 millones de personas, pero en todo el Estado sólo se contabilizan 647.545 voluntades registradas ante notario. Escribió el genial Stefan Zweig en 'Momentos estelares de la humanidad' que Marco Tulio Cicerón dijo antes de morir a manos de sus asesinos unas palabras que deberíamos tener siempre presentes: "Non ignoravi me mortalen genuisse". "Siempre he sabido que soy mortal", recordó el último aliado de la libertad de Roma antes de dejar este mundo para entrar en la historia.

Es humanamente comprensible aplazar la reflexión sobre la única evidencia indiscutible. Algún día vamos a diñarla, pero nos resistimos a pensar siquiera en ese momento. Ante los datos facilitados ayer por los notarios, este chófer de anécdotas decidió telefonear al periódico para preguntar cuántos de los que en ese instante se encontraban en la Redacción habían hecho testamento. La respuesta fue nadie de una treintena de personas en edad laboral.  Algunos están empezando en el oficio y otros se acercan a la jubilación. 

Contaba padre con gracia una anécdota con muchas posibilidades de ser una fabulación. Resulta que un fulano tan avaricioso como rico dejó en su testamento que quería ser enterrado con todo el dinero que tuviese en el banco el día de su fallecimiento. El día del entierro los hijos se mostraban especialmente contentos a pesar de la faena que les había hecho su progenitor. Al preguntarle cómo habían resuelto el problema, contestaron que gracias al consejo del letrado de la familia habían decidido meterle en el cajón un cheque a su nombre para que lo cobrase al llegar al destino. La voluntad había sido cumplida. 

El coste de un testamento ante notario ronda entre los 38 y los 50 euros, a no ser que tengas un patrimonio como el de Amancio Ortega y lleve más curro. Un simple acto evita muchas discusiones familiares. El reparto de los bienes ha generado enfrentamientos irreconducibles, además de trocear Galicia como el filete de un desdentado, que explica que las concentraciones parcelarias caduquen en poco tiempo.

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