Hay asuntos que tienen más que ver con la decencia que con la política, independientemente del partido que alumbre una iniciativa que reviente las costuras de la sociedad. Carmen Fouces, responsable de Benestar Social del Concello de Pontevedra, ha impulsado la etiqueta #PrimAcoso en las redes sociales para que las mujeres compartan su primer recuerdo "de se sentiren acosadas, ameazadas ou inferiores polo simple feito de ser mulleres" con motivo del Día Internacional contra la Violencia Machista que se celebra el próximo 25 de noviembre.
Ya ha salido algún becerro a denunciar que "es un hashtag que la dictadura feminista ha inventado para defender el acoso sexual solo a las niñas, no a los niños", aunque esta clase de tipejos quedan descalificados sin nada más que añadir porque o no han entendido el problema o no lo quieren entender, que sería más preocupante.
Los testimonios son estremecedores. "6 anos. Un veciño q estudaba no seminario volvía as fines de semana. Sentábame no colo e acariciábame as pernas", escribió Carmen Fouces. "13 anos, no recreo do colexio. Nenos fan corro para tocar os meus xenitais e os peitos", desveló Ana Pontón, la portavoz nacional del BNG. "Política en reunión. Olla, é guapa 'a tipa', di un. Perdón, vin por lista non por guapa. A eles nunca lle din iso!", confesó la eurodiputada nacionalista Ana Miranda.
Son ejemplos en situaciones distintas, como otros muchos de mujeres anónimas, que provocarán vergüenza a cualquiera que haya podido incurrir, aunque sea sin pretenderlo, en esta clase de comportamientos machistas. Estos testimonios tendrían que ser emitidos en bucle en los medios públicos y en los colegios para que ellas sepan que no están solas y ellos no se sientan amparados.
